Su secreto mejor guardado

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¡¡¡Feliz año!!! No podía empezar este 2021 sin subir un capítulo, así que aquí os dejo uno un poco peculiar.
2020 no ha sido lo que esperábamos, y de verdad que siento mucho si os ha tocado sufrir la muerte de algún ser querido o cualquier otra desgracia derivada de la pandemia (o por cualquier otra cosa). Os mando un abrazo y mis mejores deseos para este año.
Gracias por seguir aquí, y gracias a aquellos que votáis y comentáis. Me alegráis el día ❤️❤️❤️❤️❤️

Isabelle y Elizabeth corrieron por los callejones mientras todo el mundo chillaba y huía en todas las direcciones posibles.
Una especie de globos de color dorado volaban a toda velocidad, chocando con la multitud y haciendo unos ruidos muy graciosos a medida que se hinchaban.

La rubia la cogió de la mano y la guio por el sinuoso camino, equivocándose de vez en cuando y dando media vuelta.

Tras unos instantes de tensión, Isabelle redujo progresivamente la marcha y clavó la vista en un letrero. Estaban en una zona oscura y apartada. No olía demasiado bien. Los edificios eran antiguos, muchos con contraventanas de madera rotas y cristales llenos de polvo que apenas permitían ver el interior.
En uno de los bajos había un local con una fachada de piedra oscura y puerta de madera enmohecida.
Justo encima había un simple cartel viejo con una sola palabra: Dunkel.

Isabelle dudó unos instantes pero al final se puso la capucha y le hizo una señal a su amiga para hacer lo mismo.
—¿Preparada? —preguntó. La morena asintió con los nervios a flor de piel.
No le gustaba preocupar a los señores Solokov que tan bien la estaban tratando... pero le era imposible resistirse. Escapar, organizar huídas extremas y caóticas, improvisar identidades, conocer lugares oscuros, tontear con la ilegalidad, aprender sobre lo prohibido... todo aquello era demasiado. Isabelle le había abierto las puertas a un mundo que no sabía que pudiese ser tan atrayente. Necesitaba saber más. Disfrutaba haciéndolo.

Cruzaron la puerta algo temerosas, con las capuchas de sus túnicas oscuras bajas.
Elizabeth pensaba que era bastante evidente que eran tan solo unas niñas, así que rezaba por que la altura de su amiga fuese suficiente para sugerir que eran mujeres jóvenes al menos.

El interior de la tienda apestaba a incienso. Le recordó en cierta medida a los locales del callejón Knockturn: pequeños, llenos de vitrinas y estanterías repletas de objetos extraños con una presencia turbia, tomos viejos y desgastados, ingredientes de pociones de legalidad dudosa... además, los montones de polvo en las esquinas eran ciertamente inquietantes. Hizo una mueca de asco cuando sintió que su pie de hundía suavemente entre la suciedad del suelo.

Las tablas de madera crujían, por lo que no tardaron en detectar su presencia.
Una señora de piel pálida, pelo blanco y ojos amarillos como los de un dragón apareció tras un oscuro pasillo. Tenía el rostro surcado de arrugas y expresión de muy mala leche.

Dijo algo en alemán con un fuerte acento que casi hizo que Elizabeth retrocediera del miedo. Por suerte Isabelle era más fría. Se le daba mejor mantener la calma y analizar la situación, planearla. Necesitaba procesar los detalles y elaborar un método de acción.

Elizabeth no. Elizabeth era sentimiento puro. No podía reprimir sus emociones ni sus impresiones. Si había peligro, huía; si había un ataque, respondía; si la cabreaban, se enfadaba.
—Somos extranjeras. ¿Habla inglés?

Tras procesarlo unos instantes, la señora con cara de mala leche asintió secamente.
—Caras. Quiero ver caras.

Elizabeth tragó saliva. Miró a Isabelle. Ella era la que conocía esos mundos, la forma de comportarse. Ella solo era una alumna a su lado.
La rubia no titubeó.
—¿Por qué?
—No caras, no compras —dijo con su fuerte acento mirándolas fríamente.
Isabelle suspiró y miró a su amiga antes de volver a girarse hacia la anciana dependienta.
—¿Tenéis libros sobre magia arcana y rituales antiguos? —preguntó con claridad.
—No caras no compras.
—Si no tiene los libros no habrá caras —rebatió la otra.

Elizabeth Potter | La hermana pequeña de James PotterWo Geschichten leben. Entdecke jetzt