Empezando con el pie izquierdo

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Holaaaa, esta vez vuelvo antes de lo normal para animaros en esta época de la cuesta de enero, de inicio de clases, de exámenes o de lo que sea que os preocupa ahora.
Acordaos de que todo pasa, incluido lo malo.
Y para recordaros que no estáis solos y que no sois los únicos sufriendo, aquí os traigo el complicado inicio de curso de Lizzy.
Espero que lo disfrutéis, y que el vuestro no se parezca mucho.

Gracias por seguir aquí ❤️❤️

Reconocer el pitido del tren que los llevaría de vuelta a Hogwarts fue mágico para Elizabeth.
Miró con ilusión al Hogwarts Express, deseando volver al castillo. Sin embargo, aquel año las horas de diversión y entretenimiento aseguradas no eran su único aliciente. Desde el incidente en el campeonato europeo, cuando aún no se sabe quién señaló las tiendas de campaña de familias mágicas que no comulgaban con las doctrinas extremistas y las quemó, las cosas estaban raras.

Sus padres habían decidido que la prioridad era no asustarlos, así que les aseguraban que todo se debía a alguna broma de mal gusto o a algún loco que había decidido tomarla con ellos. La morena evidentemente sabía por qué su tienda había sido marcada, y casi podría decir el apellido del culpable. Estaba segura de que la conversación que había tenido Mulciber con sus padres justo antes no había sido casualidad.
Había intentado sonsacarles más información a sus padres, pero ellos insistían en que no tenían por qué preocuparse, así que acabó dejando el tema para no crearles aún más dolores de cabeza.

Llegaron relativamente pronto al andén.
Elizabeth metió su baúl a un compartimento vacío para guardar sitio, al igual que James y Sirius, y volvió a salir para despedirse de sus padres. Sin embargo, a través de una ventana pudo ver que no estaban solos.

Dorian Mulciber, de nuevo, se acercó a ellos.
Vio el rostro de crispación de sus padres, la severidad de su gesto. El hombre dijo un par de palabras y Charlus dio un paso al frente con fiereza. Parecía estar contestándole muy, muy enfadado, como conteniéndose las ganas de darle una paliza.

Preocupada, Elizabeth salió corriendo del tren y se acercó hasta ellos con paso firme. En cuanto Mulciber advirtió su presencia la miró con una sonrisa burlona y se alejó. Elizabeth no apartó la vista de él, en absoluto intimidada por aquel impresentable, y torció el gesto.
Después miró a sus padres con seriedad.
—Sé que él tuvo algo que ver con lo que pasó en Sicilia —volvió a la carga.

Su madre fue a hablar pero ella se adelantó.
—También sé que queréis que no me preocupe. Y no estoy preocupada. Estoy muy orgullosa de ser vuestra hija, de ser una traidora. A James y a mí esos locos no nos dan ningún miedo —decretó tratando de convencerse a sí misma.

Charlus y Dorea la miraron, incapaces de decir algo, pero entonces los ojos de su madre se cristalizaron. Dio un paso adelante y la abrazó con fuerza, depositando un beso sobre su coronilla.
Su padre se unió al abrazo con una sonrisa que a Lizzy le parecía que dejaba ver cierto orgullo.

No hizo falta decir nada, con aquel gesto se entendieron.

James y Sirius llegaron entonces, y al ver la escena pensaron que era una despedida típica.

Sin embargo, aquel día cuando Elizabeth se subió definitivamente al tren y cruzó una última mirada con sus padres no pudo evitar ver la nota de preocupación que brillaba en sus ojos.
Forzó una enorme sonrisa y les mandó un beso.
Después tragó saliva. Las cosas no estaban mejorando.

****

Elizabeth e Isabelle estaban solas en el compartimento. Stefan, Luke y Alex se habían pasado a saludar pero habían vuelto con sus amigos; Lily, que alguna vez había ido con ellas, estaba con Marlene y sus amigas de Ravenclaw; y aunque habían mirado por todo el tren, no había rastro de Xenophilius Lovegood.

Elizabeth Potter | La hermana pequeña de James PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora