Capítulo 3

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-¿Qué es esa maldita cuestión de que ella es la Traidora? – Habló Minho.

-¿Y qué significa “Grupo A, Recluta A1”? – Newt preguntó mientras le pasaba el extinguidor a Thomas.

  El chico rompió la cerradura, arrojó el objeto a un costado y entró apresuradamente. De a poco, Minho, Newt y yo lo seguimos.

  El cuarto era parecido al nuestro, aunque más reducido. Tenía las mismas paredes amarillas y las colchas rojas sobre las literas. Una de ellas estaba toda desordenada, con la almohada a punto de caerse. No había ninguna señal de la chica.

-¡Teresa! – Llamó Thomas, bastante preocupado.

  La palanca de algún retrete fue accionada, y el ruido del agua pareció darle esperanzas al morocho; salió disparado en dirección a la puerta que seguro daba al baño. Newt se adelantó y con un brazo lo frenó.

-No creo que sea muy educado entrar sin golpear al baño de damas. – Le dijo. – Espera a que ella salga.

-Luego tenemos que reunirnos y hacer una Asamblea. – Prosiguió Minho. – Iré a buscar a todos.

  Y se fue por donde entro. Algunos Habitantes entraron y se acomodaron en las camas; parecían bastante ansiosos.

  Newt ocupó el último lugar libre y me invitó a sentarme sobre sus piernas, a lo cual no me negué. Recién en ese momento, noté que traía puesta otra ropa. Era como un pijama, de palones suaves y una camisa abotonada de la misma tela. Me pregunté si así se vería al despertar en una mañana cualquiera, si no estuviéramos aquí.

-¿En qué momento te cambiaste? 

-Antes de que despertaras. Nos dejaron la ropa sobre las cómodas.

  Me puse como objetivo no volver a saltarme ningún detalle. ¿Cómo se me podía haber pasado por alto? 

  La manija del baño giró y Thomas parecía que se lanzaría sobre Teresa apenas saliera. Todo se confundió más cuando la persona que abandonó el baño, vestida como los demás chicos, no era Teresa.

  Era un chico.

  Inmediatamente me levanté para acercarme a los dos chicos, y Newt se prendió de mi mano para seguirme.

-¿Quién eres? – Preguntó Thomas con tono duro.

-¿Quién soy? – Respondió incrédulo el otro chico. - ¿Quién eres tú?

  Newt pasó por delante de mí, quedando más cerca del desconocido.

-No te pongas pesado porque somos muchos más y tú estás solo. Dinos quién eres.

  Como cada quién que descubría que era la única chica entre todos los hombres, se quedó congelado, quizás pensando qué tenía que ver yo con todo esto. Un codazo de Newt le hizo despegar la mirada de mí.

-Muy bien. Me llamo Aris. ¿Qué más quieren saber?

  Vi que el rostro de Thomas se llenaba de ira, y le puse una mano en el hombro. Luego miré a “Aris”.

-¿Qué pasó con la chica que durmió aquí anoche? ¿La llevaron a otro cuarto? – Le pregunté con voz un poco más tranquila.

-¿Chica? ¿Qué chica? Estoy solo desde anoche, cuando ellos me trajeron aquí.

-Hay un cartel allí afuera que dice que esta es su habitación. Teresa… Agnes. No menciona a ningún garlopo llamado Aris. – Anuncia Thomas.

-Miren, no sé de qué están hablando. Anoche me pusieron en este lugar, dormí en esa cama –señaló la desordenada-, desperté hace unos minutos y fui a hacer pis. Nunca escuché el nombre Teresa Agnes, lo siento.

  Thomas estaba bastante deprimido. Intercambió miradas con Newt, y el rubio giró de nuevo a Aris.

-¿Quiénes te pusieron aquí anoche? 

-Ni siquiera lo sé, hermano. Un grupo de personas nos rescató y nos dijo que ahora todo estaría bien.

-¿De qué los rescataron? – Habló Thomas. Yo tenía exactamente la misma duda.

  El otro chico bajó un poco la cabeza, y soltó un suspiro. La voz se volvió más suave, para decir:

-Del Laberinto, viejo. Del Laberinto.

  En ese momento, Minho entró por la puerta de la sala común, y se detuvo al ver a Aris.

-¿Quién es ese tipo?

-Minho, te presento a Aris. – Dijo el morocho apartándose. – Aris, te presento a Minho.

  El Encargado se quedó pensativo, y creo que murmuró algo. Como nadie reaccionaba, Newt volvió a decir que teníamos que sentarnos para hablar y analizar todo lo que estaba pasando. Pero Thomas se negó alegando que primero debían encontrar a Teresa. Y tenía razón.

-¿No hay otro lugar donde no hemos buscado? – Solté a nadie en particular.

-Ya revisé todo el lugar. – Me contestó Minho. – No hay otras salidas.

-Quizás haya una puerta escondida. – Sugirió Newt. – Hay que…

-¡No! – Gritó Thomas. – Teresa debería estar aquí en alguna parte. ¡Hay que encontrarla!

  Y sin perder más tiempo, se dirigió a la sala común, dejándonos a todos desconcertados. Por órdenes de Newt, bajamos las literas superiores para colocarlas en una especie de círculo en la habitación. 

  Como la mayoría se sentaba en el borde que daba al interior del círculo, del otro lado quedó el espacio suficiente para recostarme; por alguna razón aún seguía cansada. La almohada era blanda, y creí que me iba a dormir si no empezaban a hablar de algo.

  Newt tomó asiento en la parte más cercana a la cama, y la más cercana a mí. Tomó mi mano y empezó a jugar distraídamente con ella. Me gustaba ver su cara mientras se concentraba en acomodar sus pensamientos.

-_______, lo que empezamos anoche… - Dijo tímido sin apartar la vista de nuestras manos. – Ya sabes… 

-¿Hubo algún problema? – Pregunté algo temerosa. 

-No, no. – Respondió rápidamente. – Sólo que… me gustaría terminarlo algún día.

  Le mostré una sonrisa provocadora.

-Cuando tú quieras.

[#3] The Maze Runner: Caught In The Fire (Newt y Tú) Prueba de FuegoWhere stories live. Discover now