Capítulo 8

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Las provisiones habían sido racionada y colocadas en una especie de "bolsos" fabricados con las sábanas. Las bolsas plásticas se llenaron con agua, y cada uno debía llevar al menos una en la mano.

  Cuando los relojes digitales marcaron las seis, la Trans-Plana apareció tal y como lo habían indicado: un trozo de pared gris cuadrado que resaltaba de la pared amarilla de la habitación. 

  De a poco, cada uno iba atravesándola. Muchos dudaban antes de entrar, pero decidí hacerlo rápidamente. Todo alrededor era negro; una sensación de frío se extendió por todo mi cuerpo. Al abrir los ojos, no había nada. Más oscuridad.

  Extendí una mano para tocar algo, y ésta se topó con una pared. Me apoyé en ella para no perder el sentido de la orientación.

-Muy bien. - Se escuchó la voz de Minho metros adelante. - Tenemos que saber si estamos todos. Enumérense. ¡Uno!

  Varios continuaron con la cuenta.

-¡Doce! - Seguí. Más atrás escuché a Newt soltar un "dieciséis".

  Volví hacia atrás para buscarlo. Alguien chocó conmigo.

-Lo siento. - Susurró.

-¿Newt? - Busqué algo de lo que aferrarme. Su brazo fue lo primero.

-Sí, soy yo. - Acarició mi rostro con su pulgar. - No te quedes atrás. Mejor, no me sueltes. Como la otra vez.

-Claro.

  Los Habitantes a nuestras espaldas tropezaron, se escuchó un ¡Ay! y un lío de cuerpos intentando ponerse de pie.

-¿Thomas? - Dijo Minho. - ¿Estás aquí?

-¡Sí! - Respondió el morocho. - Fui el último en entrar. ¿Están todos?

-Qué mala suerte que no tengamos una linterna. - Comentó después de que volviéramos a hacer la cuenta.

-Señor Thomas, gracias por la obviedad. Estamos en una especie de pasillo; todos acérquense hacia donde estoy, sigan el sonido de mi voz.

  Newt me llevó consigo, pues tenía sujeta su mano. Los únicos sonidos eran las pisadas sobre el cemento, y alguna que otra protesta cuando alguien chocaba con el Habitante que tenía por delante. La oscuridad no cesaba.

  Por mucho tiempo, caminamos en línea recta.

  Unos susurros extraños e incomprensibles resonaron por el pasillo; instintivamente nos detuvimos.

-¿Escucharon eso? - Murmuraban entre todos.

  Parecían venir del techo. Minho pidió silencio. Al minuto, se volvió a escuchar lo mismo, aunque seguíamos sin comprender. Apreté un poco la mano de Newt.

-¿Alguien entendió lo que decía? - Preguntó éste.

-Una palabra. - Habló Winston. - Algo como regresen.

  Ante una nueva orden del asiático, que era oficialmente el líder, volvimos a concentrarnos para descifrar el mensaje.

  La siguiente vez, todos parecieron entender. Era una oración, una frase.

  Tienen una sola oportunidad. Regresen ahora y no serán rebanados.

-Díganme que escucharon lo mismo que yo. - Dije.

-¿"No serán rebanados"?

-¿Qué quiere decir eso?

-¡No se detengan! - intervino Thomas. - ¡Caminen!

-Esperen un minuto. - se interpuso Sartén. - La voz dijo que teníamos una sola oportunidad. Debemos considerarlo.

-No es momento de reflexiones. Nos dijeron que había que continuar. - Le respondí.

-El tipo del escritorio dijo que si regresábamos nos esperaría una muerte atroz. Estoy seguro que es una prueba. Tenemos que seguir.

-Él tiene razón. Vámonos. - Determinó Minho.

  No sabía cuánto tiempo había pasado. Cada vez hacía más calor; el túnel nunca acababa. Las energías se iban agotando, pero nadie se detuvo.

  Con Newt nos habíamos adelantado bastante, tanto que estábamos detrás de Minho. En un momento, algún chico que estaba más atrás lanzó un grito. Primero de sorpresa; luego empezaba a transformarse en agonía. Ese chico había caído al suelo, más bien, algo lo había tirado al suelo.

-¡Hey! - Llegó la voz de Thomas. - ¿Qué te pasa? ¡Basta! ¿Qué te ocurre?

  Forcejeos. Algo de metal hueco giró por el piso, su sonido hueco indicó que estaba cerca de mi posición. El no ver nada me desesperó. Los aullidos del chico se habían apagado; las preguntas insistentes no tenían respuesta. Newt me soltó, y no pude saber por qué.

-¡Thomas! - Se abrió paso Minho. - ¿Qué pasó?

-Yo... no lo sé. ¿Quién era el que gritaba?

-Era Frankie. Algo lo arrancó de su lugar.

-¿Qué pasó? - Repitió el otro.

-Mira, lo escuché gritar y vine corriendo. Intenté agarrarlo de la cabeza o algo, no sé por qué... Su cabeza no era una cabeza. Era como una... gran... bola de metal. No sé hombre, eso fue lo que toqué.

-¡Está aquí! - Gritó Newt adelante mío. Luego soltó un gruñido. - Está toda húmeda y pegajosa, como si tuviera sangre.

-Shuck... - Murmuró el líder. - ¿Cuán grande es?

-No lo sé. Más grande que una cabeza. Una esfera perfecta.

  Tanteando con la punta de los dedos, llegué a tocar el metal, frío de por sí, aunque la sangre estaba caliente.

-Tenemos que correr. - Anunció Thomas. - Hay que irse de aquí.

 La mayoría juntó las bolsas que habían dejado, y nos pusimos en marcha. Esta vez fui sola, con una mano rozando la pared.

  Más ruidos metálicos. El hombre del traje blanco nos advirtió. Era hora de que las cosas se pusieran difíciles.


Dedicado a @alereaderbook

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Lo conseguí xD

Hoy al fin cumplí una de mis promesas de dos capítulos seguidos (perdón, siempre me quedaba sin tiempo D:)

Gracias :D

(Seguimos con lo de las dedicatorias ;)

[#3] The Maze Runner: Caught In The Fire (Newt y Tú) Prueba de FuegoWhere stories live. Discover now