Una cita con el médico

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Para cuando llegó el día en el que tuve que ver al médico ya me sentía como la mierda... Quizá todo esto fuera mental, pero juro que los días anteriores me sentí bastante normal en lo que cabe, y el día de la cita con el especialista fue peor que nunca, no podía moverme de lo mucho que dolía y de lo débil que estaba, Charlie se tuvo que hacer cargo de moverme y consiguió que Bill nos prestara una de sus sillas de ruedas viejas.

Fue todo un día de ir y venir por todo el hospital, entre exámenes y salas de espera. Charlie ya estaba acostumbrado y traía con él todo un equipo de supervivencia en la mochila; revistas, comics, barras de cereal, agua, una mini consola, una frazada por si tenía frío, plástico burbuja para reventar, un libro de crucigramas, incluso uno para colorear y un cuaderno con su pluma para hacer apuntes.

Era un ambiente estresante, pero al que habíamos acudido tanto que no era mas que rutina para nosotros.

Pero para Bella y Renee no era igual.

Bella estaba tensa y con una enorme ansiedad encima, no paraba de moverse de un lado al otro no durando sentada mucho tiempo, casi desesperada por salir corriendo del hospital, pero aunque Charlie le dio la opción, ella no se fue, permaneció a mi lado e incluso se sentó en el suelo frente a mi silla a reventar burbujas conmigo.

Pero en cuanto a Renee las cosas fueron un poco diferentes. Ella hizo el intento, pero no pudo quedarse porque el aroma del hospital la mareaba y terminó con dolor de cabeza y ganas de vomitar, así que llamó su esposo y la recogió una hora y cuarto desde nuestra llegada.

No me importó, de hecho fue mejor porque no paraba de quejarse por no soportar el olor, y el que debería quejarse soy yo, he estado desnudo todo el día con una bata que me llega a las rodillas y con hambre. Aunque ella no tiene la culpa claro, y prometió volver al final cuando nos fuéramos a reunir con mi nuevo doctor.

A ratos Carlisle nos buscaba y se aseguraba de que estuviéramos bien, Edward claro vino a verme, pero por las reglas del hospital no lo dejaron quedarse mucho tiempo, por otro lado Jacob terminó peleando con un guardia de seguridad que no lo dejaba pasar y terminó con una advertencia y teniendo que irse.

En algún punto vino la mamá de Mike y mando a Charlie y a Bella a tomar café o algo en la cafetería mientras ella me vigilaba, trajo con ella una baraja de cartas y jugamos una partida de Poker, también me trajo un suéter y me contó cosas vergonzosas sobre Mike de las que me pude reír. No se despegó de mi lado hasta que Charlie y Bella regresaron, se ofreció a quedarse conmigo si me internaban y que la llamáramos para cualquier cosa.

Diez minutos antes de entrar al consultorio, Renee llegó y revolvió mi cabello jurando que se sentía mejor. Y entonces pasamos.

A último momento el medico que tenía que venir, cuyo nombre ya olvidé, no pudo hacer el viaje por un problema familiar o algo así, no preste mucha atención. Pero en su lugar había llegado una colega, la doctora Neeson. Lo primero que notas cuando la vez es que es la mujer mas alta e imponente que jamás veras, que sus zapatos médicos llevan brillantina, y que tiene un esponjando y muy abultado cabello negro.

Fue amable, lo suficiente para ofrecerme un vaso de agua antes de tener que explicarme de que se trataba todo esto. Todos estaban tensos, Charlie estaba parado justo tras mi silla con sus manos en mis hombros tratando con todas sus fuerzas de apoyarme, era la clase de contacto que rápidamente se pude convertir en un abrazo, mientras que Renee se sentó a mi lado,puso una mano en mi pierna, y la otra la tenía en la boca queriendo morder sus uñas.

—Se llama leucemia promielocítica aguda —dijo la doctora Neeson—, hablando de forma clara y sin tantos rodeos las células de tu medula osea no se desarrollaron como deberían, por tanto no están trabajando bien generando anemia, leucopenia y trombocitopenia.

Royal SwanWhere stories live. Discover now