hablemos

3.5K 313 44
                                    

Mi primera reacción ante el silencio incómodo fue estúpidamente intentar huir de nuevo y tomé la manija de la puerta, no estaba pensando con claridad aún y no estaba del todo bien, pero Edward se adelantó cerrando todas las puertas con seguro. Talvez si se hubiera tratado de otra persona ese gesto me habría aterrado tanto como para gritar por ayuda, pero con Edward no, él hacía muchas cosas dignas de que lo acusara con Charlie en la estación de policía y de alguna forma nunca me sentía lo suficientemente afectado como para hacerlo, ahora sabía una verdad terrible y tampoco me sentía con ganas de alejarme, él tenía un no sé qué, que cambiaba mi percepción lo justo para no hacerme reaccionar de una manera peor, aunque a veces eso no bastaba, a veces no me dejaba tocar ni por su sombra. Instinto de supervivencia supongo que es.

—Ya estoy bien, déjame ir —aunque era el momento de hablar, ese momento que había esperado durante los últimos días, mi voluntad estaba dominada por el querer escapar—. Edward te he dicho que ya se me pasó.

—Mentira —no parecía dispuesto a dejarme ir—, no te puedo soltar así. Tenemos muchas cosas de que hablar y no creo que sea saludable para ninguno seguir postergandolo.

Cerré mis ojos, me puse una mano en el pecho, respiré con fuerza, y en mi mente comencé a contar desde el cien con la esperanza de encontrar valor al saber que tenía razón, fue entonces que sentí una caricia fría en la mejilla y abrí mis ojos topándome con los de Edward. Se acercó lentamente y me besó en la comisura de los labios jamás apartando su mano y apenas alejándose a un centímetro o dos de distancia al terminar, mi corazón quiso estallar por ese sencillo acto. Con la mano temblorosa que antes tenía sobre el pecho toqué su rostro y acorté las distancia que nos separaba, no lo aguanté más, necesitaba ese beso, al menos si mi mundo acababa en la siguiente hora me quedaría ese beso, nadie podría quitármelo.

Yo le di un beso casto, él presionó con mayor fuerza mis labios y me tocaba casi con adoración, tras un minuto lamió la línea que los separaba exigiendo más, yo también necesitaba más de eso y no estaba seguro de cuanto ni de qué debía hacer para obtenerlo, intenté corresponder lo mejor que podía en medio de mi inexperiencia total, abrí mi boca y lo siguiente que pasó fue bastante rápido; metió su lengua a mi boca, desabrochó mi cinturón de seguridad, hizo para atrás su sillón y tomó mi cuerpo como si no pesará nada sentándome a horcajadas en él. Me tenía abrazado de la cintura y yo del cuello mientras íbamos tomando ritmo, entonces paró y me di cuenta de que se me estaba olvidando respirar, tomé una gran bocanada de aire, me sonrió casi burlón y me esperó para que recuperara el aliento.

—No entiendo cómo me haces pasar de un estado aterrado a uno... Ni siquiera sé cómo llamarlo, eres un gran manipulador.

—No, yo no sé cómo es que puedo controlarme cuando estoy contigo, si fuera un manipulador yo no sería tan afectado —dijo antes de volver a besarme, me acercó más a él y se le fue un segundo la fuerza al tomarme de los brazos para pegarnos—. Lo siento, talvez deberíamos parar antes de que te lastime.

—Además temos una apuesta sobre quién se lo pedirá al otro.

—No lo he olvidado, todavía me estoy pensando que quiero como recompensa cuando gane.

—¿Tú ganar? Eso no pasará jamás, más bien soy yo quien todavía está pensando que quiere como premio. Terminarás rogando.

—No mi cielo —me besó la frente—, a juzgar por esos sueños tan interesantes que tienes tengo ésta apuesta más que ganada.

Eso me sacó de base e hizo mi cara arder, sentí la suficiente vergüenza como para ocultar mi rostro con mis manos.

—¿Cómo sabés eso? No se lo conté a nadie...

Royal SwanWhere stories live. Discover now