De pesca

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Intenté con todas mis fuerzas concentrarme en el partido de baloncesto, pero el tema de los vampiros al igual que una canción pegajosa y molesta de comercial mi cerebro no lo iba dejar pasar tan fácilmente, no después de lo que viví con Mónica y con Derek. Años después para mí tranquilidad me había convencido de que sólo habían sido imaginaciones mías por culpa de la enfermedad en turno, y había estado bien con ello, ignorando el tema como si el mismo nunca hubiera existido, pero aquí está otra otra vez para atormentarme, para decirme que todas las personas que vi morir fueron reales, Para hacerme temblar al darme cuenta que no solamente estaban esos dos asesinos haya afuera, sino que había más como ellos. Charlie agarraba mi brazo con fuerza mientras se iba emocionando por el partido, Bella había subido a la habitación a yo supongo leer o quién sabe, y si me iba para allá a intentar olvidar mis viajas memorias con una tonelada de azúcar cualquiera de los dos empezaría a sospechar que algo raro me estaba pasando, porque cualquier movimiento brusco me pondría en evidencia, como he dicho antes no soy bueno guardando mis sentimientos.

Así que me quedé hasta el final, le seguí la corriente a Charlie lo más que pude y festejé con él nuestra victoria. Pero seguía fuera de mi, era tan frustrante no poderle pedir ayuda cuando más lo necesitaba. Me retiré a mi habitación y me encontré con Bella dormida con los cascos de su reproductor puestos, tomé todos los chocolates de mi ración de dulces y los subí a la cama, me comí uno por uno y cuando se acabaron seguía sintiendo que todo mi mundo se estaba derrumbando... Genial, ni la feniletimina del chocolate me podía cambiar de humor.

Tarde mucho tiempo en entender lo que sentía por ese gran imbécil, y el tema de sus poderes que ya era irreal me tenía vuelto loco porque no podía dejar de pensar en los problemas en que podía llegar a meter a mi familia... Pero en algun momento de un periodo muy corto y sin que pudiera denerlo terminé dejándolo entrar a mi vida, le permití sacudir mi mundo y llevarse mi corazón.

¿Ahora que carajos hacía con mis sentimientos? ¿Es que a caso el amor no estaba hecho para mí? ¿Porque el destino me hacía la mala jugada de entregarme lo que más quiero y lo que más me asusta en el mismo paquete?

No, no ¡No! No era justo...

Me tuve que levantar a encerrar en el baño para que no me descubrieran tan alterado, no quería llorar pero las lágrimas me comenzaron a salir solas y solo pude dejarme llevar, sentía demasiado dolor por una carga que no podía compartir con nadie y se me estaba acumulando muy rápidamente en mi corazón.

¿Porque todo siempre me tenía que explotar en la cara? Hasta tiene sentido, ya me extrañaba que pudiera enamorarme y ser correspondido... Claramente solo había sido la treta de una deidad para atraparme y luego romperme el corazón.

Llené la bañera, me desnudé y me metí. El agua estaba fría y eso pudo bajar una raya mis nervios, me sumergí en ella y esperé un rato bajo el agua.

Edward era un idiota a veces, e incluso podía serlo todas la veces... Era un tanto impulsivo, mandón, sobreprotector, un bipolar, un mal acosador, y un infinidad de otros defectos divertidos. Pero resultaba que nada de eso era importante, por que incluso ahora quería solamente estar con él.

Saqué la cabeza del agua antes de ahogarme y recliné la cabeza hacía atrás completamente exhausto.

Quería que me abrazara y me dijera que todo iba a estar bien. El problema es que mi aversión más grande había regresado y cada vez que cerraba los párpados me encontraba con la sangrienta cara de Mónica y sus vacíos y oscuros ojos. Iba a ser un trabajo difícil borrar esa imagen de mi cabeza y todavía peor quitarme el miedo, pero tenía que hacerlo por Edward, y por mí... Además tenía que darle una patada en el trasero a Eros por hacer sufrir tanto.

Royal SwanWhere stories live. Discover now