Elena era una princesa, más conocida como la hija de la Reina Elsa.
Educada, gentil, amable y con un gran corazón, ¿eso podría cambiar cuando conozca a un pirata malvado, arrogante y odioso?
Lo único que podemos decir, es que del odio al amor, sólo...
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La guía del mal.
Tercera persona
Ben, sonrió y escaneo el salón. Donde sus ojos se detuvieron en un confundido Harry. Después de eso, Elena sintió una molestia y Ben sonrió al lanzar el primer golpe de poder.
El caos estalló.
Elena reaccionó rápido y de sus manos brotaron un destello azul que fueron a dirección de Harry y lo arrojó a otro lado, evitando que Ben lo hiriera. De las manos de Ben, anteriormente habían aparecido destellos negros que por poco, casi alcanzan a Harry pero por Elena no lo hicieron. Mal miró a Ben asustada, se suponía que el era una bestia, no un ¿brujo? Evie tomó a Mal de la mano para intentar apartarla de la pelea, cuando Ben noto ese movimiento. Ben levanto su mano y de su mano, brotaron más destellos negros que se dirigieron a Mal, Evie intento interponerse; siempre pensando en su amiga y su sobrino, pero la niebla negra la arrojó a un lado, Evie voló del salón hasta estrellarse contra la mesa. Carlos, que se encontraba al otro extremo sonrió de pronto.
—Evie flotó sobre mi y voló un auto con su rasho láser —Murmuró riendo para si mismo. Jane, quien se encontraba a su lado, lo codeó para callarlo, a pesar de que ella moria por reírse.
—No es momento para reírse —Susurró Jane enojada.
—Vi la oportunidad y la tomé.
La atención y la risa de Carlos pararon cuando noto que Mal están envuelto en la niebla negra, Elena intento ir hasta Mal para poder salvarla cuando Ben, aun sonriendo, habló:
—No lo intentes —Los ojos azules de Ben se convirtieron en negros, como los de Elena. Todos los presentes en el salón sintieron escalofríos por la voz profunda de Ben. Sonaba ronco y con un toque de maldad. —Ya perdiste.
—No lo creo —Elena murmuro sonriendo. Destellos azules aparecieron y atacaron a Ben, arrojándolo hasta el otro extremo del salón, donde la gente que se encontraba ahí, huía despavorida del lugar. La niebla negra se fue de Mal, pero cuando Jay se acercó preocupado a esta, los ojos de Mal se abrieron y estos se encontraron más verdes de lo normal.
Oh no.
Jay sabía que significaba, y lleno de pánico, comenzó a gritar.
