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Gritos de terror invadieron la calma del lugar.

El señor se encontraba en el piso con las manos atadas, al igual que los pies y en su boca había cinta adhesiva, el rostro del señor mostraba miedo, él jamás había tenido miedo.

El señor rogaba por piedad, sus ojos estaban llenos de lágrimas, intentaba con todas sus fuerzas deshacer los nudos, intentaba pedir ayuda en vano, ni siquiera sabía cómo había llegado hasta ahí.

No podía ver más que oscuridad, olía a polvo y a veces a humedad, oía los automóviles pasando demasiado lejos para encontrarlo, o para oír su voz.

Oyó ruidos y se obligó a mantener la calma.

Varios pasos después, y pudo distinguir una figura, no sabía si era hombre o mujer.

El ruido de una pistola siendo cargada, hizo que comenzara a perder la calma, y nuevamente intentó con todas sus fuerzas salir de ahí.

Un disparo.

La sangre corrió por los tenis de Luke, y él sonrió victorioso, mientras tiraba el arma, y se acercaba hasta el cuerpo.

-Eso hijo de puta, fue por Winter.

Dicho esto, Luke se fue de ahí, dejando el cuerpo del padre de Winter muerto, con la sangre corriendo de la herida de su cabeza.

Luke cada vez se alejaba más, la noche caía sobre el rápidamente, miro hacia el cielo, buscando la estrella que más le gustara.

-No dejaré que nadie vuelva a dañarte amor, lo prometo.

Stigmatophilia | l.hDonde viven las historias. Descúbrelo ahora