𝐔𝐍𝐀 𝐍𝐔𝐄𝐕𝐀 𝐆𝐄𝐍𝐈𝐎 ━━ ❝𝘋𝘰𝘴 𝘨𝘦𝘯𝘪𝘰𝘴 𝘫𝘶𝘯𝘵𝘰𝘴❞
Más de dos años han transcurrido desde que ____ se integró al equipo de la UAC. Sin duda en todo este tiempo Spencer ha hecho un buen papel de padre.
Ahora que la mini genio ha crec...
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"No hay nada como una taza de café para estimular las células del cerebro." -Sherlock Holmes.
Spencer
Esa mañana todo había empezado mal, al menos para mí. Nuestro despertador no había sonado, por lo que en cuanto nos levantamos de la cama comenzamos a arreglarnos y ni siquiera comimos el desayuno que nos habían preparado, tampoco pudimos llevarlo en tuppers para comer en el camino o la oficina; la castaña había olvidado también su chocolate y yo derramé mi café en la entrada de la casa; el auto no encendía y tuvimos que llegar a la UAC en taxi, para colmo había mucho tráfico. Mientras todo esto pasaba, en mi mente sólo estaba presente el hecho de que debíamos acabar hoy con ese caso, el caso "MY" cómo le habíamos nombrado desde el momento que nos habíamos dado cuenta de la gravedad del asunto.
—Necesito un café urgente —dije dejando mi maletín en mi escritorio.
—Malas noticias, se acabó el café.
Luke había intentando traer café para todos, pero se había encontrado con la sorpresa de que la cafetera había dejado de funcionar y el café se había acabado.
—Le pediré a alguien que...
—No, iré yo.
—¿Estás seguro Reid? —preguntó Hotch.
—Sí, hay una cafetería buena cerca de aquí. Necesito caminar —murmuré lo último.
Lo único que llevé en mano fue mi celular, salí lo más rápido que pude y como si el mundo se pusiera un poco a mí favor, las calles estaban tranquilas. El aire fresco me ayudó demasiado, pues pude dejar de sentir mi cuerpo pesado y por fin sentía que la presión en mi cabeza disminuía poco a poco.
La cafetería del parque estaba frente a mí cuando caí en cuenta que no sabía cómo llevaría todos los vasos de café yo solo. Entré al lugar y el aroma a limpio y café invadieron mis fosas nasales, como si de la gloria se tratara. No había muchos comensales, pero dos chicas estaban limpiando las mesas y el mostrador, a una de ellas ya la conocía.
—Hola, Spencer —saludó la pelinegra amistosamente.
—Hola —murmuré.
—¿Todo bien?
—Sí, bueno... Mi día no empezó nada bien.
La chica me pasó un vaso de agua sin siquiera preguntar algo más, creo que estaba algo pálido a pesar de sentirme un poco mejor.