Capítulo 11

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Alek Schneider

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Alek Schneider.

Llevo un rato despierto.

Fue extraño mi despertar, abrí los ojos y lo primero que vi fue una cabellera negra descansando sobre la almohada, una mano sobre mi pecho y una pierna enredada entre las mías.

Me sentí fuera de lugar. Primera vez que despierto en la que es mi cama con una mujer al lado, soy plenamente consciente de lo que paso anoche, no es como si el alcohol me hubiera hecho hacer idioteces y terminará desnudo en la cama de una extraña, en lo absoluto, se lo que paso y no me negué al despertar y apreciar semejante obra de arte, incluso la detuve cuando tuvo la intención de irse.

Eso es lo extraño, yo, joder yo Alek Schneider, la detuve para que se quedará conmigo, ¡Yo!

Helena dormía profundamente sobre mi cama, con su mano en mi pecho, cabello desordenado y piernas atadas a las mías, las sábanas cubrían la mitad de su cuerpo, dejando al descubierto su fina espalda.

Sí es una buena forma de despertar, no me incomoda que me toque.

Me acomodé con suavidad en la cama evitando el despertarla, no hace mucho se quedó dormida y las dos botellas de whisky deben causarle algo, no puede ser inmune al alcohol.

Saque con lentitud el cabello que invadía su espalda y trace las líneas de sus cicatrices, sin el brasier puedo detallarlas mejor, y sí, son bastante notorias.

Cada vez sé más de ella y cada vez entiendo menos, es como si me dieran partes de un rompecabezas sin ilustración previa, estoy uniendo piezas en los lugares erróneos.

Quiero preguntarle, saber más de ella, ni siquiera se su maldito apellido, —¿Quién es Helena?, ¿Trabaja, estudia?, ¿Por qué las cicatrices?, ¿De dónde salió? tengo demasiadas preguntas en mi cabeza y cada día que pasa, nuevas preguntas me llegan.

Ella no se esfuerza en conocernos, ni a mí ni a mis hermanos, no parece tener la necesidad, parece que nos puede leer a la perfección, puedo apostar que no confía en ninguno, ni siquiera en mí, y eso que justo ahora esta desnuda en mí cama.

No me da confianza, apenas de que la siento y veo profundamente dormida, sé joder que si hago un movimiento en falso se despertará y se pondrá a la defensiva, si es que no me ataca y saber eso, más bien sentir eso me hace preguntar, ¿Quién es realmente?, es más que obvio que una mujer común y corriente no es, no podría ni soñar en clasificarla como tal, es de todo menos común, joder menos corriente, pero tiene una apariencia dura, dominante, poderosa, sus manos son tan delicadas y suaves, pero tan firmes y seguras, sus nudillos están casi pulcros si no fuera porque tiene apenas una débiles líneas que se sienten al tacto diría que son unas manos de una mujer que no le ha trabajado un día a nadie, pero esas líneas y la débil sensación de dureza en los costados de su dedo índice me dice lo contrario.

En La Mira #1 ......[#PGP2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora