Capítulo 51

87 15 47
                                    

Alek Schneider

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Alek Schneider.

Desperté con una sensación extraña en el pecho, como si tuviera un peso menos encima de mi cuerpo, no literalmente, ya que apenas abrí los ojos note el peso en mis músculos y olí ese cabello con olor a hiervas.

Llevo despierto alrededor de quince minutos, disfrutando del calor que el cuerpo desnudo de Hela me proporciona, no sé en qué momento nos quedamos dormidos, ni que horas es, pero no me interesa, ni interesará, el sentir su respiración tranquila sobre mi pecho es el jodido paraíso, llevo admirándola desde que desperté, duerme profundamente, como no había dormida hace días.

Acaricio su espalda con delicadeza, corriendo su cabello para recorrer cada centímetro de su piel desnuda, nos cubre solo una sábana y aunque por la ventana veo que el clima no es del todo cálido, la habitación está impregnada en un calor acogedor.

Se movió débilmente encima de mí estirando su pierna rozándola con la mía, acomodo su rostro en la curva de mi cuello, soltando un suspiro sonoroso que me estremeció, cierro los ojos y siento las palabras, "Te amo", la aferre a mí reviviendo el vibro en sus ojos, pelee con mi impulso por retener lo que hace mucho me di cuenta que sentía, recordé las veces que sentí estuve a punto de perderla y lo desesperante que fue, el vació en el pecho, la sensación de asfixia, de...de dolor, la sujete a mí impidiendo que me arrebataran esto.

Se quejo entre mis brazos, lo ignore, aunque ese sonido patético me pareció lo más tierno que he escuchado en años, que jodido estoy, si dijera en voz alta las sandeces que mi mente dice, sería el motivo de burla de mis hermanos por décadas.

—¿Qué hora es? —— Murmuro aun con su cabeza enterrada en la curva de mi cuello, y su voz rasposa hizo que mi labio se curvara en una sonrisa.

—Sigue durmiendo. —Acaricie su cabello y ella se estiro encima de mí, sus brazos y piernas, quejándose, claramente no iba a tomar en cuenta mis palabras, es ella.

—Tengo hambre. —Dejo un beso en la comisura de mis labios y se dejó caer a mi lado, claramente no permití que siguiera alejándose, la atraje hacía mí apenas se alejó para que volviera a su posición. —Alek...

Sonrió acelerándome el pulso, la presioné de la cintura girándola para dejarla debajo de mí, me metí entre sus piernas comiéndome su boca, ato su manos a mi cuello recibiéndome gustosa, la erección que se había calmado, no tardo ni diez segundos en reactivarse, la roce entre sus piernas ensanchando su sonrisa.

—¿Quieres más?

—Siempre quiero más de ti Hela.

—Que delicioso que siempre este lista para ti. — Abrió sus piernas curvándome una sonrisa, baje mi mano a su entrepierna sintiéndola húmeda, ¡Jodida arpía!, me posicione en su entrada, pero los sonidos del exterior me distrajeron, fueron pasos, varios pasos y las voces que antes oía como murmuros pasaron a ser diálogos poco entendibles, Hela los oyó, ya que desvió la mirada a la puerta, mire la conexión de nuestros cuerpos, sabiendo que con esta erección no me iba a quedar.

En La Mira #1 ......[#PGP2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora