Capítulo 41.

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Alek Schneider

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Alek Schneider.

Mire el reloj que me indicó que ya había pasado más de media hora, para ser exacto han pasado cuarenta y dos minutos desde que Hela se encerró en su oficina, cuarenta y dos minutos donde todos se han dedicado a ordenar el desastre que causo. Tuvimos que abrir las ventanas porque el humo era asfixiante y el fuego peligro en apagarse dos veces debido al viento. Los muebles y sofás quedaron destruidos ya no hay donde sentarse, todo quedo total y absolutamente destruido.

——Y hasta aquí llegó yo——Aitor bajo sus hombros en un suspiro pesado y analizó la sala medianamente ordenada— fue un gusto conocerlos, ahora me largo.

—¿Te... te irás?, ¿Nos dejaras solos? —— Noemí se bajó del taburete de la barra y dio un paso hacia Aitor deteniéndolo, todos nos giramos para mirarlo, pero él se veía decidido a irse y no pienso pedirle a nadie que se quede, si se quiere ir que se largue no me interesa.

—De todos los presentes soy al que más detesta. No quiero estar presente cuando pierda la cabeza y nos mate, porque sé que empezara su carnicería por mí.

—Así que huyes como un cobarde, quien lo diría. —Adam murmuro agitando débilmente el vaso en sus manos ganándose la atención de Aitor.

—-No es cobardía, es supervivencia, ustedes ya la vieron, ella...

—No des excusas patéticas, si quieres irte, lárgate y ya. —Lo mire con desdén y al ver como abría nuevamente la boca me gire para ignorar sus palabras.

Dije que le daría media hora, pero idiotamente espere unos minutos más para ver si cumplía su palabra y salía para asesinarnos a todos, quizás tenía la ilusión de que lo haría, quería ver si era capaz de hacerlo.

Me metí en el pasillo que conecta a la oficina y con mis pasos firmes pero mi mente dudosa me detuve frente a la oficina, estire mi mano a la manilla y tuve que detener mis movimientos, aprete mi puño y respire con profundidad—no es tu culpa Alek— me lo repetí una y otra vez hasta que comencé a creerlo, hasta que me sentí listo para abrir la puerta.

Di un paso dentro de la oficina y mis ojos recorrieron la habitación, el librero esta destruido en el piso, el escritorio patas arriba, las paredes tienen agujeros y el ventanal esta trizado, todo, todo es un asco lo único que sigue intacto es la licorería, mire con detenimiento el piso y vi las botellas faltantes vacías alrededor del que era el escritorio, centre mi mirada en el frente viendo a la dueña de todo este desastre, Hela estaba recostada en la silla reclinable con su mirada puesta en el ventanal y con una botella de whisky empinada a medio tomar.

Di otro paso encaminándome hacia ella quien dejo de beber pero no se dignó a mirarme, solo recargo su cabeza en la silla que estaba cubierta de sangre, su brazo tiene un torniquete al igual que su pierna y por el relieve en su abdomen asumo que tiene otro torniquete más, ha perdido mucha sangre y no sé qué tan grave son sus heridas si no deja que se la revisen.

En La Mira #1 ......[#PGP2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora