Capítulo 46

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Alek Schneider

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Alek Schneider.

Vinieron los gritos, golpes y empujones que terminaron conmigo recibiendo un portazo en la cara, solté el aire retenido en mis pulmones, tirando mi cabeza hacía atrás, ya llevamos cuatro días en Dinamarca, cuatro días donde esto se volvió una rutina.

Di dos pasos hacia atrás sintiendo la comida caerme por los hombros, escuché los vómitos dentro de la habitación y aunque gira la manilla para entrar la puerta estaba cerrada con seguro.

——Hela...——Insistí, dando débiles golpes a la puerta, estos últimos días ha estado muy sensible a los sonidos fuertes.

—¡Ahora no, Alek! —La sentí gritar y seguido vinieron los vómitos. Es así cada que come aunque sea un bocado.

Estos últimos días con ella sin beber ni la más mínima gota de alcohol han sido agobiantes, no es tan solo la abstinencia, es el duelo, es esa jodida combinación que la está destruyendo, es su negación por aceptar que toda esta mierda está pasando y es su fiel convicción al sentirse responsable de todo.

No sé qué más hacer, logró que coma algo, pero a los minutos corre a vomitarlo, esta alterada e irritable, parece perdida a ratos, es como si saliera de esta realidad. Cuando logró convencerla de dormir algo, se despierta a saltos, con gritos o en el peor de los casos me toca despertarla yo, hay veces donde esta tan inserta en sus sueños, donde balbucea, grita, tira golpes, donde las lágrimas se apoderan de ella y no es capaz de despertar, es donde temo, temo no lograr que despierte y ella se pierda en esa tormenta en la que vive.

Me mantuve estático fuera la puerta, nervioso, ansioso, me siento un imbécil al tener la puta necesidad de abrir la puerta y vigilarla a cada segundo, no sé, no tengo una jodida idea de donde demonios saca las cuchillas, pero no es primera vez que la encuentro con una en la mano, hace un par de noches fue la primera vez que la encontré con una cuchilla y un corte en su muñeca, nunca en mi puta existencia había sentido tanta rabia, vi la puta seguridad en su mirada y lo vi todo perdido, me vi perdido.

Estire mi mano hacía la puerta pero antes de intentar forcejear una mano me detuvo, desvié la mirada notando los ojos apagados de Aitor, me dio una negativa y me señalo el pasillo para que lo siguiera.

Mire la puerta y con el pecho punzando en miedo tire mi mano y seguí a Aitor, el ambiente en esta casa es tosco, oscuro y tenso, todos están preocupados, y no es por lo que se nos viene, si no por Hela, son muchas las preocupaciones que tenemos, pero ella las encabeza y los que más insertos están en esa preocupación son Noemí y Aitor.

Aitor giró metiéndose en la que era su habitación y al entrar vi a Noemí sentada en la cama, jugueteando con sus dedos y sus ojeras visibles, Aitor soltó un suspiro pesado y se revolvió el cabello.

—Sé que estás haciendo todo por ayudarla, pero no está funcionando Alek. — Me señalo y desvié la mirada al ventanal. Si me pongo a pensar en las últimas semanas posterior a la muerte de Airón, diría que Hela ha tenido un cinco por ciento de avances, la veo pelear, lo veo en sus ojos, como intenta controlarlo, como pelea por volver a sus sentidos, pero ella cree que no se lo merece, que no merece ser quien es, que no merece vivir por todas las muertes que carga su ser, está peleando consigo misma y yo no puedo hacer nada para impedirlo.

En La Mira #1 ......[#PGP2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora