This is a sign of love

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¿Un último beso?

Tristeza. Inquietud. Melancolía. Confusión. Tal vez un poco de felicidad, puede ser. Muchos sentimientos encontrados que ambos chicos estaban experimentando en ese momento, mientras se miraban fijamente a los ojos sin decir una sola palabra, sus voces interiores pedían a gritos ser escuchadas; habían intentado no pensar en lo que ser avecinada después de esto pues al cabo ambos sabían que este era el fin... O tal vez no.

Momentos antes ambos se encontraban en el aparta-estudio de He Tian, ya se podía sentir la tensión en la habitación. Desde que estuvieron ahí no habían pronunciado una sola palabra al otro, temían decir lo incorrecto. Entre sus pensamientos no había cabida para lo que venía, por lo que no encontraban las palabras correctas para decir... Pero desde cuándo hay palabras conveniente que se puedan sostener en esas situaciones.

El rostro de He Tian estaba serio tratando de no mostrar aquello que le estaba atormentando, no quería que Mo Guan Shan lo viera de esa manera; si esta iba a ser la última vez para ellos por lo menos que su recuerdo siempre fuera de alguien feliz que lo iba a apoyar donde sea que estuviera. Sus brazos aunque temblando estaban no dudaron en envolver al pequeño pelirrojo en un abrazo. Un abrazo que los pudiera salvar de la tristeza, que les pudiera dar la fuerza que ambos necesitaban.

Sus cálidas manos en la espalda de Mo dando pequeños toques, dando un alivio, su manera de mostrarle el afecto que requerían. Los labios de He Tian se posaron sobre la frente de Mo Guan Shan dejando un pequeño e insignificante beso en esa zona. Sentía que no podía soltarlo, o no quería hacerlo... Sus cuerpos juntos sintiendo el calor del otro, entonces así se quedaron por unos largos segundos.

"Pequeño Mo..." Pronuncio He Tian en un dócil susurro, casi imperceptible. Su voz se quebrantó, parecía que no podría decir nada para mejorar esta situación. Pero si con sus palabras no podría decir nada, sus acciones hablarían por él.

Las manos de Mo Guan Shan se posicionaron la espalda de He Tian agarrándole la camisa blanca con fuerza, arrugando la prenda. En su agarre se notaba la desesperación, la confusión del porqué tenía que sucederle eso a ambos. Acaso no podían ser felices, o es que la vida no le iba a permitir por lo menos tener a alguien a su lado para siempre. Temía perderle.

Sin más que decir o pensar en este caso, lágrimas salieron de los ojos de Mo Guan Shan resbalando lentamente por sus mejillas. En su garganta se percibía ese nudo que no le permitía hablar, lo hacía sentirse ahogado; su pecho también dolía, sintiendo como se encogía, ¿o era su corazón el que le dolía? No lo sabía, los sentimientos que percibía eran complejos de apreciar, no quería pensar en ello. Y sin poder evitarlo, He Tian también lloro.

Tian decidió limpiar las lágrimas que caían por el hermoso y angelical rostro de Mo Guan Shan, no le iba a permitir llorar. Se quedó apreciando cada facción de Mo, de verdad era precioso. Le dolía perderlo al igual que saber que en ese momento estaba llorando por su culpa. Le sonrió con tristeza, esa sonrisa que siempre salían de cuando estaba a su lado las cuales ayudaban a disipar los turbios pensamientos que se avecinaban como nubes oscuras en su cabeza.

Entonces sin pensarlo He Tian lo besó, temiendo que Mo no iba a corresponder o lo iba a empujar de su lado, pero esta vez no fue así. Fue correspondiendo con amor, con dulzura, sus mentes por primera en el día estaban en completa calma. Por su amor, el cual hacia la soledad más llevadera. Quien diría que esos besos acallarían la tempestad de sus almas así fuera por unos cortos segundos o minutos.

No era un beso cualquiera, es más, parecía como si fuera su primer beso. Ese beso significaba mucho para ellos dos ahora mismo, ambos estaban con los ojos cerrados aunque todavía caían algunas pequeñas lágrimas por su rostro. No necesitaban nada más ahora, solo ellos y aquellos dulces besos. Entonces Mo lo pensó, y este beso en particular lo iba a recordar así... Como su primer beso.

Se separaron aun cuando no querían hacerlo, por primera vez en el día Mo Guan Shan sonrió. No era una sonrisa cualquiera, ni siquiera se percibía una pizca de felicidad en ella, pero era sincera y eso era lo que necesitaba He Tian para seguir en pie, para no desplomarse en ese mismo instante frente a Mo.

Ambos seguían parados frente a frente, sus miradas fijas sobre el otro sin perderse de vista. Sus ojos no querían quitar la mirada de su ser amado, seguían sin poder hablar, ya que temían que al intentar decir algo sus voces se volvieron a quebrantar como les sucedió momentos antes. No podían permitirse eso. No ahora.

Sus labios se unieron nuevamente en unísono, era un beso lento y suave, sin prisa. Nada más. Trasmitía todo aquello que no podían decir, era la muestra de amor que ambos necesitaban. Era esa señal de que aunque esto marcara el final de su historia, siempre se tendrían el uno al otro.

Con ese beso lo decían todo y nada al mismo tiempo, pues qué clase de despedida es esa. Pero eso no importaba, fuera uno, dos o hasta tres besos en cada uno de esos toques hablaban por si solos. Ambos quisieron quedarse en momento para siempre, que el tiempo pudiera pasar más lento o se detuviera para no seguir con sus vidas por aparte, pero sabían no sucedería; este no era el cuento con final feliz que ellos esperaban, era su realidad y debían afrontarla por mucho que le temieran.

Los dos chicos sabían que no habría más después de esto, era lo último que tendrían por ahora. Así que no hicieron nada más, un último beso para que no se pudiera olvidar en un largo tiempo y que sus labios quedaran impregnados con ese toque para siempre; que sus labios jamás olvidaran ese dulce roce que tuvieron con los del otro.

Ese era el final, el último beso que ambos tuvieron...

One Day One ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora