The Love Mark

539 40 2
                                    

He Cheng - Alpha.
Brother Qiu - Beta.
Creo que tendrá un poco de contenido subido de tono. Leer bajo su responsabilidad.

Mordidas.

Tiempo atrás cuando dos jóvenes muchachos se conocieron, se enamoraron; no fue amor a primera vista pero todo lo que pasaron hicieron que sus sentimientos fueran correspondidos por ambos. Parecía irreal que un alfa purasangre como He Cheng estuviera cortejando con un simple beta como Qiu, aunque así fueron las cosas. Sin embargo, terceros (como el padre de Cheng) no dejaron que esa situación siguiera escalando hasta algo más grave como llegar a marcarse o escaparse juntos, nadie lo iba a permitirlo por lo que fueron separados para siempre.

Antes de que los alejaran por completo para que no les pasase nada malo, se abrazaron juntos bajo la lluvia, una última despedida, ambos estaban llorando. Durante ese momento He Cheng podía sentir como el corazón de Qiu latía rápidamente, eso lo hizo sonreír por única vez en su vida. "Dicen que el latido de cada persona es diferente, con ello se pueden identificar. Pero escucha, el de nosotros es igual."  Le dijo He Cheng a Qiu intentando suavizar el momento, y antes de que siquiera pudiesen darse su primer beso fueron separados.

Luego de ello, ambos tuvieron que seguir con su vida como si nada hubiera pasado desde un principio. He Cheng aprendiendo sobre el negocio de su familia para convertirse en el siguiente sucesor de todo eso, teniendo que crecer desde muy joven centrándose en cosas diferentes a otros muchachos... Sin poder enamorarse nuevamente, así convirtiendo en un hombre serio, intimidante, metódico entre otras cosas. Por su parte, Qiu tuvo un poco más difícil las cosas, siendo un chico problemático desde el principio estuvo involucrado en diferentes conflictos que lo llevaron por malos pasos hasta que un desconocido le enseño una mejor vida protegiendo a distintas personas por dinero; así trabajar para un negocio de la ciudad donde creció. Ya no era el mismo joven que le rompieron el corazón y que era frágil por lo que no pudo defenderse, ahora Qiu era grande, fuerte, alto, serio y muy guapo. La vida nuevamente los iba a reunir sin siquiera ellos saberlo.

Ese día era una mañana tranquila como casi siempre, He Cheng estuvo en varias reuniones y llamadas con diferentes empresarios que se encontraban dentro de su negocio. Ahora estaba mirando unos documentos en su despacho cuando ingresaron unos hombres de negro conocidos por el pelinegro los cuales traían nuevos reclutas para él, todos ellos eran betas. Entre todo esos estaba Qiu con un semblante serio, en el momento que la mirada de He Cheng se posó en él sintió el tiempo detenerse, después de tantos años seguía enamorado de ese mismo muchacho. Su lobo interior lo llamada para lanzarse encima de aquel beta solo para que el resto supiera que era completamente suyo, en la habitación se empezaba a sentir sus feromonas... Pero tuvo que calmarse lo mejor que pudo porque Qiu no era de él. Por mucho que quisiera ocultarlo, todos pudieron percibir sus feromonas haciendo estremecerse por el aroma de ese alfa purasangre.

Pasaron los días de manera normal como si nada estuviera pasando en sus vidas, Qiu no se había acercado hasta ese momento a He Cheng de hecho no había notado que era él. Por su parte He Cheng estaba más pendiente del peliblanco, conocía las misiones que tenía que hacer, donde se la pasaba normalmente. Creía que lo mejor era acercarse a su hermoso beta de una vez por todas.

Esa tarde hizo que lo llamaran para que fuera a su despacho para poder hablar a solas, He Cheng estaba hecho un manojo de nervios tanto así que desprendía feromonas indicando que se encontraba en ese estado; debía calmarse o asustaría a Qiu. Cuando vio que la puerta se abría y cerraba dejando por fin ver la gran figura de Qiu sin pensarlo o considerar otro movimiento lo abrazó con fuerza pegándolo a su cuerpo, así se quedaron aunque Qiu no correspondió el apretón. Aun cuando en la jerarquía los betas normalmente no se le sentía las feromonas porque eran muy leves, Cheng pudo asegurar olfatear el olor que aquel peliblanco desprendía en ese momento.

One Day One ShotWhere stories live. Discover now