XV

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Tras haberse reconciliado luego del evento con cámaras y, sabiendo que Luffy no regresaría con el resto del equipo a Estados Unidos, Nami decidió que lo mejor sería que ambos se quedaran un par de días en el hotel. Después de todo, necesitaban su tiempo a solas y era consciente de que Nojiko no les permitiría hacer... Algunas cosas. 

— No es un problema para ti, ¿verdad? — le preguntó el moreno, ayudándola a guardar un poco de ropa en un bolso.

— ¿Quedarme contigo en el hotel? No, no te preocupes. Creo que lo necesitamos — contestó la pelinaranja, guiñándole un ojo mientras terminaba de empacar unas cosas.

— ¡Nos vemos Nojiko! Pasaré a despedirme antes de partir a Grecia, para que no estés preocupada por eso — le explicó Nami antes de salir.

— Claro, no hay problema... Cuídense. Lo digo en serio, cuídense — los advirtió la morena juzgándolos con la mirada, lo que hizo que la parejita estallara en risas.

Finalmente habían pasado a cenar al restaurante de Sanji, dieron un paseo por los alrededores, caminaron por el borde del mirador al que fueron la primera vez que se besaron y, luego de ello, cuando ya era bien de noche, se marcharon al hotel. Y una vez ahí, se dejaron caer sobre la enorme cama doble que Luffy tenía en su suit.

— Fue un día agotador. Si te soy sincero, pensé que ibas a terminar definitivamente conmigo... Y cuando te vi entre los reporteros, no sabes lo mucho que se me alegró el corazón y lo nervioso que estuve — le mencionó el chico, colocándose de lado para poder observar bien a su querida Nami.

— Supongo que fue una gran sorpresa... Yo también me sorprendí de mis misma al notar que simplemente no podía dejarte ir. Las cosas que te dije en realidad fueron para intentar convencerme de que no debía estar contigo, pero... Creo que te amo demasiado como para no hacer el intento de seguir con esto — contestó la chica, también volteando hacia el lado de Luffy para acariciar suavemente su rostro.

— Nami... — le susurró el moreno, acercándosele para poder besarla.

La pelinaranja lo envolvió entre sus brazos para apegarlo a su cuerpo, comenzando a intensificar el tierno beso que Luffu le acababa de dar. En cuanto vio la oportunidad, metió su lengua al interior de la boca del chico para comenzar a jugar con la adversa, moviéndose lentamente y saboreando cada rincón de su maravillosa cavidad. Y mientras estaban en eso, las manos de Luffy habían comenzado a descender por el curvilíneo cuerpo de su novia, primero tocando todo por sobre la ropa para luego introducirse bajo las telas, con la intención de tener a su merced la piel de la chica.

Luffy desvió sus besos hacia la mandíbula de la chica, bajó por el cuello, le quitó la blusa que traía puesta y la dejó con el brasier solo para morder y juguetear con sus pezones a través de la tela, sintiendo un placer inexplicable al escuchar los suaves gemidos de Nami. Y no se detuvo solo en sus pechos, prosiguió con el recorrido hacia su meta, bajando mientras lamía y mordía la piel del abdomen, dejando pequeñas marcas rojas sobre la pelinaranja. Y una vez que estuvo frente a la oscura falda de tela que estaba a medio sacar, se la quitó de un tirón para poder tener un mejor acceso a su entrepierna. Pasó las piernas de Nami por sobre sus hombros, observó la tela de la braga y en vez de quitarla, decidió que mejor haría lo.que tenía planeado sobre esta.

— Luffy... ¿No las quitarás?— susurró Nami, observando cada uno de los movimientos del moreno.

— Veamos como lo sientes con ellas puestas — contestó comenzando a deslizar su lengua desde el interior del muslo de la chica hacia el centro de su intimidad.

Y una vez que estuvo ahí, lamió por sobre la tela el clítoris de su novia, masajeándolo de arriba hacia abajo, y en forma de círculos, escuchando placenteramente sus leves gemidos. Corrió un poco la tela de su braga, ya mojada casi por completo, e introdujo la lengua en su interior para tener contacto directo con su humedad.

Entre letras y amoresWhere stories live. Discover now