1.La Revelación

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Morandé salió del edificio quitándose el casco de su cabeza.

—¡Buen trabajo a todos! —dijo a su equipo policial.

Luego, se acercó al Comandante Curie. Él se encontraba de espaldas, al lado de una flamante camioneta negra.

—¡Comandante! —exclamó Morandé.

—¿Qué me tienes? Necesito una cantidad exacta de las víctimas para el reporte forense.

—No hay nadie.

El Comandante se volteó bruscamente y lo miró a los ojos.

—¿Me estás tomando el pelo, Morandé?

—Ya no hay nada que tomar...

Paul respiró profundamente y se volteó hacia la camioneta, con las manos en la cintura.

—Curie; sé que no nos llevamos bien, pero esto no tiene sentido. Estoy seguro que sabes algo que yo ignoro.

Paul se volteó y lo miró de manera desafiante.

—Escúchame, Morandé. He pasado muchos malos momentos en mi vida, y uno de ellos, está involucrado con este lugar.

Morandé tomó su casco y lo colocó en el suelo. Luego, se sentó sobre él.

—Soy todo oídos —dijo Morandé.

Paul sonrió irónicamente y apoyó su espalda en la camioneta con los brazos cruzados.

—Antes de que instauraran esa tienda de abarrotes, estaba un edificio. Ahí ocurrió una terrible desgracia años atrás. Tiempo después, otro evento se suscitó. Tres chicos desaparecieron en su interior. Jamás fueron encontrados.

—¿Estás diciendo que esto es un evento paranormal?

—No he dicho eso.

Morandé se levantó mostrando una sonrisa irónica.

—Es curioso... PORQUE ESA MIERDA DE EDIFICIO, ESTÁ CUBIERTO CON UNA BABA NEGRA QUE NO PARECE NORMAL —dijo Morandé en un tono elevado, y señalando hacia la tienda.

Todos los que se hallaban en las cercanías voltearon a verlo.

—Baja el tono, Morandé. Te lo advierto.

—¿Es o no, un evento paranormal?

—Es un juego.

Morandé se acercó a Paul.

—¿Un qué?

—¡Un maldito juego! Le llaman El Escondido.

Morandé se volteó, y comenzó a reírse a carcajadas. Luego, regresó a verlo.

—¿Un maldito juego? —dijo—. Yo jugaba El Escondido cuando era niño. Pero jamás lo vi de esta manera. Ahora está cambiando mi perspectiva.

—Es un juego maldito propiciado por un demonio. Bueno... se convirtió en eso —dijo Paul—. En una noche de Halloween, hace diez años, encontramos a una jovencita. Ella contó todo, luego de salir de un coma. Tiempo después, Camille Roux, la única sobreviviente de la primera tragedia, dijo lo que había sucedido. Yo estuve presente en ese interrogatorio. Fue en el año 2020. Ahí supe lo que había detrás de todo esto.

—Entonces... tal vez esto tenga algo que ver —dijo Morandé, mostrándole una foto holográfica proveniente de su teléfono celular—. Esto estaba escrito en un vitral allá adentro.

—Está sucediendo de nuevo. Es lo que imaginé.

—¿Lo imaginaste? ¿Todo este tiempo supiste que se trataba de eso?

—¡Sí! Pero no quería aceptarlo hasta comprobarlo.

Morandé colocó las manos sobre su cabeza, y mostró facciones de molestia.

—Y me pediste que entrara... ¡A BUSCAR EN UN LUGAR VACÍO!

—¡CÁLMATE! Tenemos que averiguar cómo pasó todo; y si el demonio continúa en el lug... —dijo Paul, mientras llegaba a su memoria la imagen de la pequeña que encontró afuera del edificio—. ¡LA NIÑA!

—¿Quién?

—La pequeña que encontramos afuera. Ella es la única sobreviviente.

—¿Y dónde está?

—Camino al hospital —dijo Paul—. Necesito que nadie se acerque al edificio. Acordónenlo de inmediato.

—No me vas a dejar aquí. Yo voy a ir contigo.

—¡Bien! Dile a tu equipo que lo haga.

Morandé dio la orden de acordonar el lugar, y no abandonar posiciones. Luego, subió rápidamente a la camioneta de Paul para dirigirse al hospital.

Escondido, un Juego de MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora