⇝ Capítulo 36

2.8K 167 27
                                    

•──•──•──•✦•──•──•──•¿QUÉ DRAMA NOS TRAE HOY LA SEÑORITA?•──•──•──•✦•──•──•──•

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.

•──•──•──•✦•──•──•──•
¿QUÉ DRAMA NOS TRAE
HOY LA SEÑORITA?
•──•──•──•✦•──•──•──•

Al entrar al instituto, recorrió el lugar con la mirada tratando de encontrar alguna cara conocida. Resopló derrotada al no dar con nadie y avanzó hacia los pasillos del instituto. Las voces lejanas de Alec e Izzy llamaron su atención. Aliviada de ver caras conocidas avanzó hacia ellos. Alec en cuanto vio cómo la morena se acercaba a ellos sonrió levemente. Izzy no paso desapercibido su gesto y silbó.

—¿Me he perdido algo, chicos? —preguntó y al cabo de unos segundos, abrió más los ojos expresando su asombro—. ¿La acción que he notado hoy era con mi hermano? Eso es... inesperado, ¡y maravilloso!

—Mhmh... —asintió dándole la razón a su parabatai para después mirar a Alec y preguntar con curiosidad—: ¿Hacia donde ibais?

—Oh, Jace y Clary han traído a Joselyn —informó Izzy—, iban a despertarla, pero Magnus ha llamado diciendo que no podía venir aún —se encogió de hombros—. Vida de brujo poderoso, supongo.

—Vengo de ahí —musitó asintiendo un par de veces—. Aún no me creo que él... Es mi culpa —bajó la mirada y sintiendo un nudo en la garganta, dijo—: Es mi culpa que haya muerto... Él me ayudó y...

Sintiéndose culpable por contarles algo tan intimo de Magnus como la muerte de un amigo, no pudo evitar hacerlo pues aquel brujo también había sido su amigo. Aún no había podido procesar que ya no lo vería nunca más. Trató de acallar sus emociones, pero cuanto más lo intentaba con más fuerza la invadían.

Culpabilidad, tristeza, dolor, rabia... Esas eran las emociones que percibía Izzy en su parabatai. Iba hablar cuando Alec se adelantó a ella y dijo:

—Eh, está bien, frena —detuvo su balbuceó Alec y acunó el rostro de la castaña—. ¿Qué ha pasado?

—Ragnor, él es... —carraspeó— era un brujo que me ha... —gruño al no ser capaz de hablar de él en pasado y volvió a corregirse— había ayudado incontables.

Hablar de ello le costaba. Alec dándose cuenta para evitar agobiarla, dejó de acunar su rostro para darle espacio. Atenea agradeció el gesto y trató de calmarse.

—¿Fue el brujo que me dijiste que te había ayudado a escapar de Idris? —cuestionó Izzy y vio cómo su parabatai asentía—. Por el Ángel, lo siento mucho, Atenea...

—¿Y por qué dices que es tu culpa? —masculló confuso Alec.

Intentó no sonar brusco. Nunca se le había dado bien tratar los temas delicados con tacto. Y quería poder hacerlo por primera vez, quería entenderla e intentar ayudar en lo que pudiese.

La flecha que nos unió » Alec Lightwood | ✓Onde histórias criam vida. Descubra agora