⇝ Capítulo 5

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•──•──•──•✦•──•──•──•MAL PRESENTIMIENTO

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MAL PRESENTIMIENTO.
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La chica oía los constantes quejidos que salían por la boca de la pelirroja y cada vez tenía más ganas de estamparle algo para que se callase. Hasta que entraron al instituto, y Clary decidió que era un gran momento para seguir quejándose.

— No entiendo cómo pueden creerse superiores a los humanos. — Masculló molesta, Clary.

Esta se paró y por ende, todos lo hicieron.

— Porque protegemos a los mundanos. — Le recordó, Isabelle.

Clarissa bufo y miró a Isabelle.

— Como olvidarlo. — Murmuró rodando los ojos. — ¡Protegieron genial a Simón! — Les reprochó molesta, Clarissa.

Atenea empezó a darse cabezazos leves contra la pared. Oír siempre a la pelirroja la consumía por dentro. Sentía que le quitaba diez años de vida por cada palabra pronunciada por esta. De repente, sintió que la pared no era pared, abrió un ojo y vio la mano de Jace parando sus golpes leves.

— Te harás daño. — Le susurró con una sonrisa ladina. — Calma. — Musitó.

Esta solo pudo negar y suspirar.

— Me pone de los nervios. — Murmuró la morena.

Jace pasó sus brazos por los hombros intentando que esta se calmase. Atenea vio como los celos de Clary aumentaban. Clary jadeo molesta.

— Debemos reportar esto a La Clave. — Murmuró Alec girándose para irse.

— ¿Y qué dirán? ¿Qué Valentine es mi padre? ¿Cómo ayudará eso a Simón? — Preguntó haciendo un drama Clarissa.

— Cielo, no dramatices, ¿si? Por tu culpa hemos hecho demasiadas tonterías, por una vez que vamos a hacer algo bien, cállate. — Masculló molesta, Atenea.

— ¡Es culpa tuya! Sino hubieses estado herida, no hubiese desaparecido. — La acusó Clary viendo mal a Atenea.

La chica sintió como el agarre de Jace se hacía un poco más fuerte por si saltaba contra la zanahoria.

— ¿Culpa mía? ¿Acaso crees que podrá ayudar a Simón ir echándonos las culpas? — Preguntó Atenea usando la misma táctica que ella había usado.

Clary hizo un pequeño grito de molestia. Lo que les pareció a todos un berrinche. Esta se encaminó a la sala de control. Jace soltó a Atenea y la vio a los ojos.

La flecha que nos unió » Alec Lightwood | ✓Où les histoires vivent. Découvrez maintenant