🏹 | Atenea Sageness, conocida
por su destreza en Idris, acaba
por azares de la vida en el Instituto
de Nueva York. Dónde no solo
conocerá a promesas de La Clave,
como Alexander Lightwood,
también se verá envuelta de
problemas y rodeada de cao...
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•──•──•──•✦•──•──•──• DEL COMO TERMINÉ AQUÍ. •──•──•──•✦•──•──•──•
Ambos hermanos fruncieron ligeramente el ceño al oír las palabras de la castaña... ¿Quién se suponía que había vuelto?
—Izzy... ¿Sabes de qué habla?
—No, Alec... Llevábamos sin vernos bastante tiempo.
—Es Marshall. —confesó entre jadeos la castaña.
—¿Marshall? ¿Harmony Marshall? Por el Ángel, ¿la conoces?
—Sí, flechitas... Ella me entrenó, por decirlo de alguna forma. —soltó un alarido de dolor y Alec con rapidez se acercó.
Este vio que tenía como una especie de símbolo, al parecer realizaba la misma función que el símbolo del círculo. Solo que no era rojo, era negro y no era un círculo, era un pájaro volando.
—¿Cuando? O mejor dicho, ¿cuanto tiempo?
—Meses, incluso años... No lo sé. Yo... Solo quiero terminar esta misión, y volver al instituto.
Alec apartó la mirada, ¿podían confiar en ella? Parecía... que sí, pero no las tenía todas. Un gruñido por parte de Atenea lo trajo a la realidad.
—Después hablaremos de esto, ahora debemos continuar con la misión. —masculló Atenea, llevándose una de sus manos a su frente.
—Mantente al margen, ¿quieres?
—¿No confías en mi?
—De momento no, Sageness.
• • •
Alec no volvió a dirigirle palabra alguna, más bien decidió hacer ver que Atenea no existía. Esta sentía como un profundo dolor emanaba de su interior. No entendía que estaba pasando con ella. Soltó un gruñido llamando la atención de los presentes. Habían encontrado a Simon y ahora el vampiro que lo retenía había fijado su mirada en ella. Parecía preocupado.
—¡Simon! —gritó la pelianaranjada acercándose a él.
—¡Clary!
—Así no le ayudas.
—Pero, Jace...
—Tiene razón, Clary Fairchild. He estado todo el día aguantando a tu amigo. Me encantaría cortarle el cuello. No me des motivos.
