Capítulo Seis: ¿Puedo besarte?

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Nara movía su pie arriba y abajo contra el suelo. Tenía los brazos en jarras. Saeyoung le había mentido y eso no era lo peor. Pudo decírselo, no hubiese pasado nada, sin embargo, la razón del porqué lo ocultó era lo que le molestaba. ¿Acaso sentía más cosas por Yuri de las que quisiera admitir? ¿o tal vez había algo más que aún desconocía? Ese pensamiento le estaba matando.

Por otro lado, Saeyoung solo estaba preocupado por lo que ella pudiese pensar. Creería que le mintió, pero no era así. Ni siquiera se acordaba de ese beso, si de verdad le hubiese gustado, por supuesto que se acordaría. Y a decir verdad, fue Yuri la que tuvo el valor de besarlo y no sintió nada. Le sabía mal decirlo así delante de la castaña, pero si quería aclarar el malentendido con la bailarina, debía ser honesto.

—Nara... —comenzó este.

—La pizza se quemará. —Fue hacia la cocina sin siquiera esperar a que se explicase.

El chico la siguió, viendo como sacaba la comida del horno. Acto seguido le arrebató las manoplas que se puso para no quemarse y la agarró de los brazos, obligándola a que lo mirase.

—Por favor, fue un beso sin importancia, debes creerme —defendió.

—Me mentiste en la cara —rebatió con seriedad, clavando un dedo sobre su pecho—, ¿pensaste que soy idiota, o qué?

—¡No se trata de eso! ¡ni siquiera me acordaba! —suspiró, agobiado—, ¡no fue nada del otro mundo!

—Pero Saeyoungi, ¿cómo no te ibas a acordar? —Yuri, que escuchó todo desde el salón, fue a la cocina para entrometerse—, ¡si fue uno de los mejores besos de mi vida! ¡y además fueron varios! —aclaró con malicia.

—Ah, ¿varios? —preguntó Nara mirando a Saeyoung con los brazos cruzados.

El pelirrojo se llevó las manos a la frente, bufando, y luego fue hacia la chica que estaba fastidiando su relación con la persona que amaba.

—Yuri... lo siento pero ya te lo dije, ¡no siento nada por ti!—fue dolorosamente sincero—. Además, tú fuiste la que se lanzó a mis labios. Recuerdo que incluso quise parar cuando insististe en seguir besándome. Que a ti te gustara no quiere decir que significase lo mismo para mí, ¡ni siquiera le di importancia! ¡siempre hemos sido solo amigos!

Yuri sintió como algo se rompía en su interior ante esas palabras, dolía demasiado y se negaba a aceptarlo.

—¿Es eso cierto? —indagó la de ojos verdes.

Saeyoung asintió con la cabeza.

—¡Pero, pero...! ¡al principio dejaste que te besara y todo! ¡fue un gran momento! —insistió la castaña, sintiendo como una lágrima se derramaba de sus ojos.

—Lo siento, tal vez lo fue para ti —se disculpó él—, yo... ya sabía que empezaba a gustarte, así que decidí no hablar de ello nunca más, hacer como si nada y olvidarlo, no quería hacerte daño.

—¡No es cierto, Saeyoungi! ¡yo sé que sí te gusté! ¡que teníamos algo especial! —gritó Yuri con desesperación, tirándole del cuello del jersey—, ¡solo tienes que recordar!

—Saeyoung, ¿sabes que al decidir no hablar más del tema, le estabas dando falsas esperanzas? Eso es peor —señaló Nara, sintiéndose un poco mal por la chica de ojos azules.

—Bueno... —se rascó la nuca—, supongo que me equivoqué, era un inexperto en el amor, ¡aún lo soy! no tengo excusa para eso, ugh.

Nara resopló, acercándose a Yuri. Puso una mano sobre su hombro, tratando de ofrecerle consuelo, ya que comprendía bien lo que estaba sintiendo. Él le gustaba y no era correspondida. Quería ser algo más que su amiga, al parecer siempre lo deseó, por lo que sintió lástima, a pesar de que hubiese tratado de sabotear su relación con el pelirrojo minutos atrás.

No es tan fácilWo Geschichten leben. Entdecke jetzt