Capítulo 14

34 5 0
                                    


—Para comenzar este semestre, quiero que escriban sobre cualquier cosa que les guste: magia, fantasía, miedo, amor...

—Crímenes, asesinatos, mafia... —el señor Langford contuvo una sonrisa al escuchar las sugerencias que un chico al final del salón, voluntariamente compartió.

—Sí, lo que a su mente retorcida les guste. Quiero que se inspiren en algún libro que hayan leído sobre el tema, al final de la clase quiero sus hojas sobre mi escritorio.

Amo las clases de Escritura, no conozco al señor Langford, pero había escuchado rumores que era uno de los mejores maestros de la carrera en la universidad, y eso me bastaba como para llegar a la conclusión que es de esos maestros que te hacen amar tu carrera.

Porque el señor Langford no sólo era maestros, también es el autor de un libro el cual he estudiado sus primeros dos tomos, y esperaba por leer el tercero.

El señor sabe lo que hace.

—Algunas personas piensan que basta sólo con tener creatividad para escribir cualquier cosa: libros, poemas, relatos, etc. Pero no, la base de una buena lectura es una buena escritura, una buena redacción, y para eso se necesita una Analogía de la literatura.

»Mi deber como su maestro en el último curso de Escritura, es estimular su lado analítico para que cuando lleguen a Redacción, no den lástima y se cuestionen qué hicieron mal. Pueden comenzar.

Abrí mi cuaderno y tomé mi pluma; me gusta leer sobre romance y fantasía, pero también amo los libros de suspenso, esos que hacen que te quiebres la cabeza intentando descubrir al asesino que al final resulta ser el personajes más estúpido del libro. Así que tuve un pequeño debate sobre qué escribir, luego recordé que el último libro que leí me encantó ya que fue muy diferente al resto, así que terminé escribiendo sobre cómo un libro puede jugar con tu mente y hacerte cuestionar tu propia  existencia, básicamente escribí sobre la psicología literaria.

Al finalizar la clase, todos colocamos nuestros trabajos en el escritorio del señor Langford, recogí mis cosas y me acerqué a él.

—Señor Langford, aquí tiene mi currículum y mi perfil de estudiante.

—Magnífico —cogió la carpeta en sus manos y luego me observó —. Te comunicaré cuando tenga noticias.

—Muchas gracias, señor.

—Salúdame a tu tía —con un asentimiento de cabeza, salí del salón de clases con la emoción a flor de piel.

No creí que podría hacer las vacantes tan rápido, esperaba al segundo semestre para comenzarlas, como usualmente lo es.

Al parecer mi madre tenía razón y algo bueno podía pasar al haber conocido a Diana.

¡Oh por Dios!

¡Mi madre!

Se supone que la llamaría en cuanto algo novedoso pasara.

Busqué mi teléfono entre mis cosas hasta que dí con él, marqué el número de mi madre mientras caminaba hasta el estacionamiento donde me encontraría con Rachel y Jordan alias "él y yo no somos nada"

— ¡Hola, mami! —Prácticamente grité al escuchar que respondió la llamada.

—Hola a ti también, linda —contestó seguido de una risa.

— ¿Cómo han estado? Iba a llamar antes pero entre tantas cosas lo olvidé.

—Oh cariño, no te preocupes. Sé que los primeros días del año pueden ser un poco emocionantes. Estamos bien, tu padre sigue trabajando como siempre y tus hermanos, bueno ya los conoces —una risa salió de mí.

Una Nueva Aventura [Bilogía Nueva Vida #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora