Camina su vida

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Arrastra al poner un pie delante del otro, mientras con la mano izquierda roza la áspera pared de un color indefinido...

Pero el color no importa en la noche profunda. 

El silencio es ensordecedor y la angustia deja sin cabeza a cualquiera que transite esa galería...

Pero nadie, excepto él, esta allí. Y él, si cuenta con cabeza. La prueba, es que la siente, le duele. 

Preocupado va contando sus pasos, pensando en que momento debe doblar...

Pero es inútil, porque es la primera vez que está allí y sabe que no volverá a pasar. Así mismo cuenta, le da una sensación de seguridad, de que algo controla en esta situación. No es más que placebo.

Sigue tanteando, busca sentir familiaridad en la textura de la pared, busca descubrir de que y como está construida al tacto...

Pero olvida que lleva guantes, porque antes de salir a la oscuridad decidió cubrir su piel para protegerla. ¿Protegerla contra qué? No sé, pero él necesita protegerse. 

Despacio, despacito...

Continúa avanzando. Desea volver por una linterna, se la dejó en la mesita, pensando que el trayecto era más corto...

Pero no regresa, ya no puede. En realidad no se atreve. ¿Y si está próximo a llegar? Apuesta a seguir en la oscuridad, siente que ya a invertido suficiente tiempo en recorrer esa distancia como para retractarse. 

Es así como él, decide vivir. Caminar por esa galería a tientas en la oscuridad esperando el milagro de que amanezca y se ilumine su camino, desconociendo si hay o no aberturas por las cuales ingrese la luz del sol. Pero se aferra a esa esperanza caprichosamente. 

Es así como, paradójicamente, el hombre camina su vida.  


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⏰ Last updated: Jul 19, 2021 ⏰

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Ensayos de Cuatro EstacionesWhere stories live. Discover now