Simpatía

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Cerró las pesadas puertas tras de sí, dándole la espalda a un juego de galerías frías. Ardía leña en el hogar, un reloj marcaba el tiempo pasar al compás del latir de su corazón. Temblaba de pies a cabeza, tiritaba como la cerda de un arco de violín. Su exhalación empañaba los cristales a la altura de la nariz. 

Lagrimas mojaban sus mejillas, caían copiosamente como tormenta de verano aunque afuera continuaba un cruel invierno. Por la ventana entraba tímida la resolana y el piano de frente a la pared contraria. Una mesa ratonera, un sillón art nouveau, un escritorio y en él una flor. Simpatía entre las dos, sobrevivientes de la tempestad y el frío desolador. 

Ensayos de Cuatro EstacionesWhere stories live. Discover now