Detención

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Habían pasado 2 días desde que dejé la nota en su escritorio, no sé que habrá pasado con ella pues estos días el señor Jackson no hacía nada más que ignorarme y continuar explicando. Me sentía un poco mal, pues si estaba tratando de hacerme sentir invisible, lo estaba logrando.

Cada que levantaba la mano para una duda o una pregunta ni si quiera se inmutaba en mirarme o darme la palabra, no creo que nadie se daría cuenta de eso, porque usualmente todos tenían dudas o comentarios y yo solo era una mano más al aire, una mano ignorada.

La clase estaba por acabar pero antes de que el timbre sonara para la hora del almuerzo el señor Jackson anunció:

-A casi todos les fue bastante bien en el exámen y me alegro, pues conocer las reglas es fundamental para que podamos tener un mejor desarrollo aquí. - Dijo esto con una sonrisa y todos se veían contentos, yo no, porque sabía a que se refería con ese "casi todos. "

-Jóvenes, ya pueden retirarse, gracias por la clase de hoy.- me sorprendió que no dijera nada, pero aún así me dispuse a guardar mis cosas restandole importancia al asunto. Estaba dibujando algo en la clase por lo que tenía muchas cosas de fuera, y me iba a tardar un poco más de lo usual en acomodarme. Mi instinto me dijo que el señor Jackson ya se había ido de la sala pero fue interrumpido por unos pasos frente a mi, yo tenía mi vista al suelo, por lo que solo pude observar sus bien lustrados zapatos negros. Antes de que pudiera alzar mi cabeza, él comenzó a hablar.

- No puedes resistirte a mi, y si lo haces, entonces yo jugaré aún más sucio. He notado la forma en la que me miras. - Dijo seriamente, yo comencé a sentir mi cara ardiendo, podía jurar que estaba más roja que un tomate en ese momento. -¿ Tienes idea de lo que podría haber pasado si esto llegaba a manos incorrectas? por supuesto que no la tienes, porque comienzo a creer que no te detienes ni un momento a pensar en lo que haces ni en las consecuencias.- yo alcé mi rostro apenada, él estaba con el ceño fruncido y se veía bastante molesto, después de todo sí había leído mi nota.

-Es que yo...- intenté hablar pero fui interrumpida bruscamente por su imponente voz.

-Es que tú nada. Escuchame bien, Madison. -yo lo miré asustada a los ojos, comenzaba a sentirme culpable mientras observaba sus ojos bañados en furia.- No pienso perder mi empleo por un capricho de una niña mimada, así que espero que de ahora en adelante te comportes como debes y reconozcas tu lugar. Y si no es así voy a enseñarte a respetar a tus mayores.- yo me levanté de mi asiento mientras retrocedí un poco, realmente me estaba asustando su manera de hablar. -No deberías estar jugando conmigo de esta manera si no quieres ver las consecuencias.

¿Eso era una amenaza? ¿o un reto? no podía hacerme nada, después de todo era una buena persona. Pero no parecía haber una pizca de broma en lo que decía. Yo lo seguí mirando a los ojos pensando en que decir, pero ciertamente me tenía sin palabras.

Creo que el señor Jackson tenía razón cuándo decía que actuo sin pensar en las consecuencias de mis actos, porque acto seguido mis labios se estamparon contra los suyos en un frenético y violento beso que fue separado debido a la falta de aire. Estaba a punto de safarme hasta que sentí sus manos sobre mi cuello, apretandolo ligeramente, nuevamente sus labios se encontraban luchando con los míos, yo estaba sorprendida pues no entendía como podía cambiar tan drásticamente. -¿Entendiste? - dijo entre besos con su respiración agitada, yo me limité a asentir rápidamente, el limpio sus labios con su mano y me dio la espalda, tomando su portafolio y saliendo de la sala sin decir nada más.
Yo me encontraba ahí sola, con el corazón palpitando a mil mientras trataba de entender la situación.

Mr. JacksonWhere stories live. Discover now