Refrigerador

287 33 26
                                    

Mire fijamente sus labios; mordí los mios. Sus labios se veían muy suaves y estaban muy rojos, luego miré sus grandes ojos marrones, nos empezábamos a acercar más hasta que nuestras respiraciones eran una sola.
Mis labios rozaron con los suyos, él comenzó a moverlos al ritmo de los míos, en ese momento olvidé como respirar. Me tomó del cuello y me atrajo más hacía su rostro, él aire comenzaba a faltarme, a él también; se separo durante unos segundos y después continuamos lo que interrumpimos, esta vez yo tome su cabello y tire de este levemente... las cosas comenzaban a ponerse un poco más candentes.
Tome el cuello de su camiseta y atraje su cuerpo al mío aún más cerca de lo que ya estaba; él tomó mi cintura y comenzó a acariciarla, dio un pequeño gemido de dolor al sentir que mordia mi labio inferior.

El señor Jackson me miro fijamente y dijo:

-¡MADISON, MADISON, MADISON! Abre la maldita puerta, llegaras tarde a la escuela y ya me tengo que ir.

Abrí mis ojos de golpe y me levanté rápidamente para abrir la puerta y encontrarme con mi madre furiosa, vestida con su uniforme y mirando fijamente su reloj.

-¡Maddie, vístete ya! Faltan 3 minutos.

Asentí y camine hacia el baño, aun seguia un poco adormilada, abrí la llave del lavamanos para echarme agua helada en la cara y así poder despertar. Corrí nuevamente hacía mi habitación y junte los jeans que estaban tirados en el suelo, comencé a vestirme tropezando múltiples veces a causa de mi torpeza. 
Bajé las escaleras rapidamente, tomé mi mochila, me despedí de mi madre y me subí a mi bicicleta para poder dar marcha hacia el instituto.

Cuando llegué los pasillos estaban desalojados, lo cual fue una muy clara pista de que habia llegado tarde. Y casualmente me tocaba clases de Matemáticas con Jackson. Me golpe mentalmente a recordar mi sueño de esta mañana, sacudi mi cabeza para librarme de esos pensamientos y caminé hacia el aula. Toqué 3 veces y no abrían, fue hasta la cuarta cuando la puerta se abrió y el señor Jackson me miraba intrigado.
Creo que me quedé callada casi 1 minuto mirando su cara y mis compañeros estaban en silencio, mi cerebro no respondía.

-Llega 30 minutos tarde, señorita Cooper.- el profesor rompio el silencio que se formó y reaccione nuevamente. Asentí.

-Lo siento, es que... me quedé dormida.-admití.

-¡Se nota!- gritó Eddie, el bufón del salón. Todos comenzaron a reír. ¿en serio tan mal me veia? 

El señor Jackson aparto su mirada de mi y la puso sobre Eddie, todos se callaron.

-Salté.- dijo en un tono muy seco.

-Pero... no dije nada malo.-Eddie se defendió y el señor Jackson cruzó sus brazos.

-Salté ya o te restaré 20 puntos más.- Eddie lo miró sorprendido y  todo el grupo comenzó a hacer sonidos de burla. Eddie se levantó, tomo sus cosas y salio por la puerta haciendome a un lado con su hombro. -Pase señorita Cooper, y espero que sea la última vez que llegué tarde, o tendrá consecuencias.- Yo asenti y me apresure a tomar asiento.

Durante el resto de la clase el señor Jackson explico un tema que claramente yo no entendí, al final entrego los exámenes que hicimos el día anterior, yo saqué F.
Mire al señor Jackson fijamente mientras él explicaba, me quedé pensando en el sueño que tuve esta mañana, ¿cómo pudé soñar eso?
¿Me gustó? Claro que me gusto. Pero apenas conocía al profesor. Pero iba a negar que él era jodidamente atractivo en todos los sentidos.

Mis pensamientos fueron interrumpidos por la voz de Ashley.
-¿Cuanto sacaste?- preguntó refiriéndose a mi examen.
-Saque una F, ¿y tú?-la miré a los ojos, pero aún seguía distraída.
-Una D.- Sonrío, yo rodee lo ojos; se estaba burlando. Siempre hacíamos eso cada vez que una sacaba una mayor calificación que la otra, aún asi fuera mínima diferencia.

Mr. JacksonWhere stories live. Discover now