Nine months [KNY]

01

Mira el brazo humano, el olor de la carne echándose a perder y la sangre cuajada inunda sus fosas nasales y le da asco, quiere vomitar, su pareja lo nota.

— ¿Quieres otra cosa?, puedo-... — no termina de hablar cuando el rubio se levanta de su lugar para ir a vomitar.

Lo oye dar arcadas, con un suspiro el pelirrojo también se levanta para ir a donde su pareja. Sostiene el cabello del más joven para que no se ensucie mientras acaricia su espalda.

— Parece que no podré comer carne humana durante un tiempo — dice levantándose, un ligero dolor se posa en su abdomen por el esfuerzo de hace un momento.

— ¿Quieres que vaya por alguna otra cosa? — preguntó acercandole una cubeta con agua al más joven para que se limpie.

— ... — lo piensa un poco mientras enjuaga su boca con agua — ¿Algo dulce? —.

— ¿Algo de Mochi está bien? — recibe un asentimiento de parte de el de ojos arcoiris — De acuerdo — planta un beso en la mejilla del contrario antes de irse.

Douma sonríe por la acción, siempre estaba gustoso de recibir muestras de afecto, y tal vez sean las hormonas pero esta vez se sintió muy contento por una acción tan sencilla como un beso en la mejilla.

Esta es la cuarta caja de Mochi que lleva. Desde el punto de vista de Kokushibo es linda la manera en que las mejillas de Douma se llenan.

— ¿No te empalagan? — pregunta, esta cruzado de brazos viendo como el demonio helado come.

— Mhn — niega con la cabeza, luego traga — No, así esta bien — dice llevando otra bolita de mochi a su boca.

— Oye, ya deberías parar, es demasiada azucar — tomó la caja de mochi para que Douma deje de comer tanta azúcar.

— Pero... me da asco la carne humana — dice mientras trata de quitarle la caja.

— No necesariamente debes comer eso... puedes intentar con otra cosa menos dañina... no digo que este mal comer algo de dulce... pero tampoco deberías abusar — toma al rubio entre sus brazos para evitar que le de pelea.

— ¿Porqué me cuidas tanto?, soy un demonio, la Segunda Luna Superior, no creo que me pase algo malo — dejó de moverse.

— ... No sólo eres tú... ahora estás en cinta y debo cuidarte — aflojó su agarre para luego mirar al rubio.

— ... Gracias por eso, supongo — ríe un poco y se acurruca entre los brazos de su superior.

Le gusta estar así, pasar tiempo en silencio, sólo disfrutando de la compañia del otro y mirando las estrellas. Kokushibo inevitablemente piensa en el futuro mientras pasa sus manos por el abdomen plano del rubio, hay una presencia, débil y pequeña pero ahí está. Douma dijo que será un niño -gracias a sus habilidades de demonio- ¿cómo será? ¿qué le gustará cuando crezca?, esas y otras mil preguntas surgen en su cabeza.

Se siente feliz y preocupado, en nueve meses existía la posibilidad de tener a su pequeño cachorro entre sus brazos y al mismo tiempo también estaba la posibilidad de que Muzan nisiquiera los deje conocer a su hijo.

— Deja de pensar en eso, por favor, me haces sentir más preocupado — pide suavemente el rubio. Había olvidado que además de su olor a preocupación gracias al lazo Douma podía saber cuales eran sus inseguridades.

— Lo siento, sólo... desearía que el señor nos deje tener al niño — dice acercándose al cuello del más joven para respirar su aroma a cerezas.

— Ya verás que de algún modo todo saldrá bien — trató de consolar a su superior.

— Eso espero — se quedó ahí, le gustaba abrazar a Douma.

Trata de hacerse la idea de que tal vez Muzan se ablande un poco y los deje criar al niño que viene en camino. Sonríe ligeramente, sólo una pequeña curva en sus labios pero es una sonrisa, y deja un beso en la mejilla de su Omega.

¿Ya les dije que se centrará un poco en los pensamientos de Kokushibo?