Nine months [KNY]

Extra || 05

El primero en comentar "amanecí miado" se gana un beso de la autora ☝😎

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Mira nervioso como el azabache sostiene a sus cachorros. Por la ropa, como si fueran animales, aunque su agarre es firme tiene miedo de que se les resbale de las manos.

— Este se parece un poco a Douma — dijo sosteniendo cerca de su rostro a Katsu.

Ikki estaba haciendo burbujas con su propia saliva y luego rió un poco cuando las burbujas estallaron. La risa del bebé llamó la atención del Rey Demonio, lo levantó hasta tenerlo frente a frente.

— Este se parece a ti Kokushibo, lo único es que tiene los mismos ojos que su madre — siguió mirando al pequeño, que de la nada estiró uno de sus brazos para darle un jalón de pelo a Kibutsuji, lo hizo con la fuerza suficiente para arrancarle el mechón de cabello.

Ambos demonios se alteraron al ver lo que acababa de hacer su primogénito, pero se quedaron en silencio observando con miedo y sudando frío.

— Es fuerte... me gusta — sonrió como es poco común en él.

Si Douma fuese humano se le hubiera bajado la presión y probablemente se hubiera desvanecido, pero siguió de pie mirando nervioso. Si sus niños hacen algo que a Muzan no le guste sin dudarlo él podría matarlos.

— ¿Y tú? — volvió a acercar a Katsu. El niño sólo lo miró confundido.

El estómago de Kokushibo se revolvió, sentía que podría vomitar sus propios intestinos o corazón en cualquier momento, tragó fuertemente para relajarse aún sintiendo incomodidad.

— ¿Él que puede hacer? — pregunta Muzan volteando a ver al rubio.

— Ah- a veces... cuando toca algunas cosas las congela — su garganta se había cerrado de forma horrible, nunca había sentido tanto miedo de estar frente a Muzan-sama.

— Bien — con ligero cuidado dejó a los niños en el futón del suelo y se abrió una de las puertas de Nakime en medio de la habitación — Cuando vuelva a verlos espero que sus mocosos me sorprendan — dijo para luego irse por la puerta, con un toque de Biwa esta se cerró y desapareció.

A Douma le temblaron las piernas, porque cuando Muzan estaba ahí se sentía tan nervioso que nisiquiera podía temblar de lo paralizado que estaba. Rápidamente se acercó hasta donde estaban sus niños y los cargó entre sus brazos.

Hundió su nariz entre los cabellos rojizos de ambos bebés, el olor a Tabaco de su mayor estaba impregnado en ellos y en toda la habitación.

Kokushibo arrugó la nariz al oler a sus cachorros y a su omega, los tres olían igual que Muzan, abrazó al rubio contra su cuerpo y froto su glándula de olor con la de Douma para marcarlo y llenarlo de su fuerte aroma a leños.

Pronto toda la habitación volvió a llenarse del olor a leños de Kokushibo y dejó de sentirse menos tenso el ambiente. Una vez que marcó a toda su familia con su aroma se sintió más relajado.

— Salió mejor de lo que pensé — dijo el rubio permitiendose reír un poco.

— Yo... también lo creo — respondió mientras dejaba que Katsu jugara con sus grandes manos.

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Pienso hacer que Muzan conviva más con los nenes si q si uwu y que luego se convierta algo así como en un abuelo medio amargoso pero chido, ya saben-