Dulce ronroneo [◇] YeonGyu.

□ 46.

El sol se alzaba a lo alto en su punto máximo del día. BeomGyu odiaba salir a pasear con tanto calor, pero no pudo negarse a la petición de YeonJun de ir por un helado, aunque lo había refrescado un poco, su cuerpo se sentía caliente y sudoroso, además que el helado había empezado a chorrear por toda su mano, manchándola y dejándole una sensación pegajosa. Se arrepentía de haber pedido un cono en vez de un vaso como YeonJun.

— Estamos bajo un árbol y aun así me estoy asando vivo —se abanicó con su mano intentando espantar el calor, no tenía nada en contra del verano, pero definitivamente no era su estación favorita.

— Ve el lado positivo, pudiste estrenar los pantaloncillos que tanto te gustaron.

— ¿Son bonitos, no? —movió sus piernas, presumiendo la prenda— pero creo que engordé, me siento un poco más hinchado.

— Tal vez son los postres que has estado comiendo con Hueningkai —se sonrojó al verse descubierto.

Debido al embarazado, Kai había estado comiendo más de lo recomendado y como BeomGyu iba a visitarlo frecuentemente, terminaba consumiendo lo mismo que su amigo para no hacerle sentir mal, claro que no era exactamente una tortura para él.

— No quiero ofender a Huening rechazando lo que me invita.

— Está bien, de todas formas la cantidad de ejercicio que haces en el trabajo compensa todo lo que comes —comentó mientras intentaba sacar el helado de los bordes del vaso— me alegra que ya no te preocupes por las calorías que consumes.

— Deje de hacerlo cuando empezamos a planear tener un hijo, no quiero enseñarle un hábito tan horrible.

YeonJun sonrió orgulloso del logro de su pareja y se acercó a sus labios para besarlos. BeomGyu sonrió sobre su boca, se sentía como en una cita adolescente; eran dos enamorados en un parque sentados, hablando y pasando el rato sin preocuparse de la vida.

— ¿Estás bien? —preguntó preocupado cuando su omega se llevó la mano a la cabeza— ¿se te congelo el cerebro?

— No, creo que es el cambio de temperatura —respondió tranquilizándolo— el sol está muy fuerte y caminamos mucho, tal vez ya es hora de regresar a casa.

YeonJun se levantó e inclinó su torso levemente mientras le mostraba la espalda, BeomGyu rio emocionado y se colgó en su pareja utilizándolo como medio de transporte.

— Me arrepiento de no traer el auto.

— Eres un flojo, hyung.