CAPÍTULO 8

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Killian Bakiev

La rubia que tengo sobre mí, presiona sus uñas sobre mis hombros y pecho, aferrándose para sobrellevar el placer. Mientras tanto mis manos se aferran a su trasero, guiando sus desenfrenados movimientos, provocando el derrame del agua en la tina en la que nos encontramos.

Sus músculos se contraen, ese delicioso coño aprieta más mi polla anticipándome que se acerca su liberación. Aurela cierra los ojos mientras continúa sosteniéndose de mí.

—Mírame, Malen'kiy —le pido—, quiero ver tu océano cuando te corras.

Lo hace. Abre los ojos que lucen desorbitados y nebulosos, su orgasmo llega haciendo que se muerda el labio inferior ahogando sus últimos gemidos. Bastan unas cuantas penetraciones más para que mi eyaculación se presente derramándose en su interior.

Aurela parece desorbitada por el exceso de endorfinas, así que llevo mi mano a su nuca y dejo que se recueste sobre mi pecho, sus músculos se relajan y ella se hunde en el abismo del subespacio. La entiendo, llevamos más de seis horas teniendo sexo, la he llevado al borde un sin fin de veces, alargando sus orgasmos y los momentos previos hasta que me suplicaba que la dejara correrse.

De D'yabol regresamos al Zamoc para adentrarnos en mi habitación, aunque para llegar fue difícil, ya que terminábamos deteniéndonos casi cada diez pasos para retomar el sexo, por lo que nos llevó una eternidad llegar al jacuzzi.

—Me gustas, porque me has dado los mejores orgasmos de mi vida —murmura en un tono apenas audible.

Sonrío para mis adentros sintiéndome como su objeto sexual de placer mientras paso mis dedos por su húmedo cabello. Nos quedamos así por varios minutos hasta que parece recuperar el conocimiento y poco a poco abre los ojos.

—¿Me dormí? —pregunta, cansada.

—No, Malen'kiy —respondo mientras la saco de mí—. Llegaste al subespacio, el sexo fue duro e intenso, era de esperarse.

Salgo de la tina y tomo una toalla para enredarla sobre mi cintura.

—¿Enserio? —indaga, sorprendida.

—Sí, ven aquí. —La ayudo a ponerse de pie, tomo otra toalla y se la paso por los hombros ayudándola a secarse el cuerpo.

Como dominante sexual en el mundo del BDSM, sé cómo es que suceden todo este tipo de cosas y el cómo manejarlas. Aprenderlas es muy necesario para mantener los debidos cuidados con las sumisas.

Salimos del baño y la dirijo a la cama, le quito la toalla y ella se mete entre las sabanas como si fuésemos una pareja normal que sólo acaba de tener sexo y no fuera yo su secuestrador y ella mi rehén. Me giro y dirijo a la mesa redonda para poder servirle un vaso de agua.

—Tal vez copeé el diseño de tu tatuaje y me haga uno igual, aunque no sea de la Bratva —dice antes de beber el agua y dejar el vaso en el buró de alado. Sus ojos están en la tinta de mi mano.

—Tú no eres de copias, Malen'kiy —espeto, mientras me deshago de la toalla y me recuesto a su lado—. Si quieres uno, yo te haría un diseño original.

Sonríe.

—¿Es una promesa?

—Yo no prometo, yo cumplo.

Una tenue sonrisa se dibuja en sus labios mientras se acurruca contra mi cuerpo y frota su mejilla en mi pecho, mis brazos la envuelven y dejo que su calor y el mío se mezclen.

A lo largo de mi vida he tenido infinidad de sumisas y parejas sexuales por el mundo del BDSM, sin embargo, sé que no es una cultura apta para Aurela, por ello prefiero dejarla fuera de eso, ya que ese tipo de vida no es algo que le gustaría, se nota. Podrá tener actos de sumisión a veces, pero no la veo obedeciéndome a todo momento ni pidiendo permiso para nada, así que definitivamente es algo descartado.

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⏰ Last updated: Aug 20, 2023 ⏰

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