DIEZ

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Pasaron un largo rato en los juegos del restaurante, habían de todo tipo, una mesa de aire, simulador de carreras, un baloncesto, una alberca de pelotas y una pump it up, en la cual hicieron su última parada.

—Yo ya jugué, jueguen ustedes -los impulsó Bae.

—No, sube tu Bae -dijo Larissa sonriéndole.

—No, Miss, quiero que ustedes jueguen -sonrío.

Seokjin miró a Larissa.

—Vamos, no tengas miedo a que te gane -la retó.

—No, no es que tenga miedo -respondió.

—¿Entonces? -la miró.

—Bueno, si te gano no llores Kim -rio tímida.

Subieron a la máquina y Bae se sentó a lado de la máquina donde Seokjin se había subido, comenzó el juego, Seokjin bailaba con mucha destreza pero Larissa no se quedaba atrás, ambos reían y se miraban.

Una sonrisa muy tierna de Larissa hizo que Jin perdiera...

—¿No que me ibas a ganar? -le sacó la lengua.

—Vamos por la revancha -entrecerró los ojos.

—Apuesten -dijo el pequeño riendo.

—Si yo gano, sales a cenar conmigo -sonrío a la joven y está lo miró asombrada y ella respondió con lo primero que llegó a su mente.

—Y si yo gano, te rapas -sonrío. Seokjin tembló, no podía perder ante la joven, ya que tenía una imagen que cuidar.

—Trato hecho -se dieron las manos cerrando la apuesta.

Comenzó el juego, ganaría quien obtuviera la puntuación más alta y Seokjin la dejó ir primero.

Miraba sus movimientos, admiraba también el cuerpo de la joven, y terminó centrándose en su rostro, sus mejillas rosadas, y sus labios rojizos, sus ojos sin maquillaje, distinta a la Larissa que había conocido la noche anterior, y se sintió ahora atraído por esta versión, la versión original de ella, por lo que no la dejaría ganar, se la jugaría por esa cena y seguir frecuentándola.

No se ni siquiera que estoy haciendo, o que quiero hacer, mucho menos que siento, sólo quiero conocerla, tal vez ir más allá y descubrir nuevas cosas, pero no quiero enamorarme, sólo disfrutar...

Jamás en su vida se había sentido atraído por una mujer joven, inexperta y tímida como lo era Larissa, siempre había salido con mujeres de su edad incluso un poco mayores y muy distintas a ella. Eran apasionadas, con experiencia en la cama y otras cosas que a Seokjin le gustaban, y estaría dispuesto a enseñarle a Larissa todo lo que él sabía.

Larissa estaba muy concentrada, no apartaba los ojos de la pantalla y sus pies se movían tal y cómo ésta lo indicaba, Bae reía ante lo que sus ojitos miraban, se sentía feliz y se miraba de la misma forma.

—Supera eso Seokjin -terminó y bajó de la máquina.

—Después no llores -sonrío ladino.

—No, quién llorará serás tú -rieron.

—Lo dudo, iré viendo que cenaremos -subió a la máquina.

—Sueña, veré a donde raparte -se sentó a lado de Bae.

—Ganará papá, él baila muy bien -comentó el pequeño.

—No Bae, yo no bailo y tuve una puntuación alta, seguro falla -sonrío.

—Te arrepentirás de lo que dices -entendió la máquina y comenzó a bailar.

Larissa miraba la destreza con la que bailaba, él emitía sonidos que a ella le daban gracia, Seokjin era muy demostrativo y veía que disfrutaba de juego, soltaba risas esporádicas, y a ella le gustaban.

WILDEST DREAMS; SEOKJINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora