DIECISIETE

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La tarde estaba muy cálida, había muchos niños en el parque, Larissa había tenido la idea de salir con ellos para intentar olvidar aquel desagradable momento en la oficina de la directora.

—Lamento mucho que haya llegado a esos extremos -habló Larissa después de haber comido un poco de su helado.

—Más lamento yo que mi hijo sepa lo que pasa, se que no puedo tapar el sol con un dedo, pero intento qué mi hijo sea un niño feliz, pero estoy fracasando -bajó la mirada.

—No, es un excelente padre, a pesar de su apretada agenda tiene tiempo para Bae, y creeame que esta haciéndolo feliz, tal vez lo de su matrimonio sea solo una crisis -suspiró. -Tal vez usted y su esposa se reconcilien -soltó y su corazón se rompió un poco.

—No Larissa, mi matrimonio con Irene no tiene arreglo alguno, la única solución es el divorcio, pero ella se niega a dármelo, es una tortura despertar y recordar que sigo casado con ella -dió un trago a su bebida.

—Tal vez ella no quiere divorciarse por que aún lo quiere, siempre hay uno que quiere más que el otro -Seokjin soltó una fuerte carcajada.

—No Larissa, eres muy positiva, pero no es así, Irene no me quiere, jamás me quiso -suspiro y sonrío, Larissa lo miró incredula.

—Creo que el agua de frutas estaba adulterada, ¿verdad? -rio.

—No, lo que pasó fue que... -Bae llegó corriendo a ellos.

—Estoy cansado, quiero irme a casa papá -se recargo en el pecho de Seokjin.

—Claro hijo, pero iremos a mi departamento -los tres se levantaron.

—Bueno, yo me tengo que ir a casa, tengo algunas cosas que hacer para mañana -sonrió.

—No Larissa, ven con nosotros -pidió Seokjin.

—Si Miss, aparte mañana es viernes, quiero ver películas con ustedes -pidió haciendo puchero a lo que Larissa sintió su corazón estrujarse, ese niño le robaba el corazón, y con eso no podía negarse y que decir de la mirada qué tenía el padre del menor, algo que la derretía por dentro y luchaba por no demostrarlo.

Pensaba que todo sería como un drama de una joven en el cual el protagonista se enamoraba de ella, y pasaban cosas juntos y al final tendrían un final feliz.

Pero vamos, eso solo pasa en la televisión, pensaba ella.

Subieron al auto de Seokjin y emprendieron al departamento.

Seokjin estaba juguetón con Larissa, de repente posaba su mano en la rodilla de ella y sonreía, o la miraba y le guiñaba el ojo, cosa que a ella le gustaba, pero no se lo demostraría, no.

Bae iba cantando y mirando a la ventana, se miraba muy feliz y lo importante es que se sentía feliz, tenía ya mucho tiempo que no pasaba un rato tan agradable como ese, al final lo que había escuchado de la voz de Woon era una vil mentira, por que su padre estaba para él dándole el amor, atención y cuidados qué él necesitaba, todo lo contrario a lo que Woon pasaba en casa.

—¿Qué película veremos Bae? -preguntó Larissa llamando su atención.

—Toy Story -sonrió.

—Ya me se el guión, veamos otra -sugirió Seokjin mientras conducía.

Larissa lo miraba, si lucia impecable y perfecto de frente, de perfil lo lucia aun más, ese hombre al volante era algo mágico, algo precioso para los ojos de la joven.

—¿Larissa? ‐la llamó Seokjin sacándola de sus pensamientos.

—Ah si, con chocolate -Seokjin y Bae la miraron confundidos y ambos rieron.

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⏰ Última actualización: Jun 22, 2022 ⏰

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WILDEST DREAMS; SEOKJINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora