WILDEST DREAMS; SEOKJIN

TRECE

Se miraban a los ojos, Jin sonreía ampliamente, por un momento sólo existían ellos dos, mirándose, contemplándose el uno al otro.

-¿Pretextos? -habló Larissa.

-Si, encontraré el pretexto necesario para verte, quiero tenerte cerca -confesó. Larissa se sintió extraña, con un poco de miedo.

-Jin, de eso tenemos que hablar -dijo un poco distante.

-Hablar ¿de que? -preguntó confundido.

-Es un tema un tanto delicado -mencionó.

-Bueno, primero vamos a comer, después hablamos de eso ¿te parece bien? -preguntó sonriente y ella asintió.

Larissa arribó el auto y se encontró con Bae.

-Me gusta que nos acompañe Miss -sonrío mientras abrazaba a su pequeño muñeco de RJ que su padre le había comprado.

-A mi también me gusta estar con ustedes -sonrío, pero también no pudo evitar sentirse mal por lo que la directora le había dicho.

Seokjin puso en marcha el auto y se fueron del lugar, Bae iba platicando muy a gusto con Larissa y su padre, ellos lo escuchaban muy atentos, y habían algunas miradas entre ellos dos, las cuales a Larissa la ponían tímida y la sonrojaban. Llegaron al restaurante y Bae corrió a subirse a los juegos, dejándolos solos en el comedor.

Un mesero se acercó y ofreció la carta a la pareja que recién llegaba, la miraron y ordenaron la comida para tres.

-Iré a los juegos en lo que llega la comida -dijo Bae levantándose de su silla para irse a los juegos del restaurante.

-Iré por ti en cuanto llegue y no quiero berrinches Kim Bae -advirtió Seokjin seriamente.

-No papito, vendré en cuanto me digas -lo abrazo, Larissa miraba la escena y no puedo evitar sonreír mientras veía que Bae se iba a jugar.

-Sonríes de una forma muy linda -dijo Seokjin atrapando completamente la atención de la joven.

-No, sonrió normal -rio por lo bajo.

-No, sonríes diferente y eso es hermoso en una chica como tú -Larissa se sonrojó.

-Vaya, que observador es entonces señor Kim -dijo sonriendo una vez más.

-Siempre he sido así y hablame de tú, por cierto ¿de que querías hablarme? -preguntó refiriéndose a lo que Larissa le llamaba un tema algo serio.

-Yo... -dijo nerviosa.

-No tengas miedo, confía en mi -tomó su mano dándole confianza y ella suspiró.

-La directora me dijo algunas cosas, y creo que tiene razón -dijo sin mirarle.

-¿Qué cosas? -preguntó confundido.

-No puedo y no debo entrometerme en tu vida, no podemos hacernos cercanos... tu te debes a tu esposa y a tu hijo, estamos a tiempo -pudo decir apenas.

-¿Eso te dijo? -preguntó molesto.

-No... yo... -la interrumpió.

-Si, si lo hizo -suspiró. -Larissa... la directora no tiene por qué opinar, ¿qué más le da? -dijo molesto.

-Es que yo estoy en mi servicio por la universidad, podría no liberarme, y eso me aterra -lo miró y él tomó su mano entre las suyas.

-Tranquila, no permitiré que se meta en eso, soy capaz de demandarla -dijo tranquilo. -Incluso podría hacer que la destituyan de su cargo, y eso no le convendría -sonrío.