WILDEST DREAMS; SEOKJIN

DIECISÉIS

Irene se encontraba en el jardín tomando jugo mientras leía el periódico.

—Señora, tiene una visita -dijo el mayordomo.

—¿Visita? -preguntó levantándose.

—Si, la esperan en la recepción, con permiso -Irene confundida fue directo a la recepción para ver de quien se trataba. Y se llevó una sorpresa.

—Vaya, creí que te negarías a verme querida -dijo una voz masculina.

—¿Qué demonios haces aquí? -dijo molesta.

—Si tu no me vas a visitar, tendré que hacerlo yo entonces -sonrío acercándose.

—Debiste esperar Jeongin, vamos al despacho -caminó rumbo al despacho de Seokjin acompañada del hombre que la visitaba, entraron al despacho e Irene puso seguro a la puerta.

—No tienes idea de cuanto te extraño -dijo Jeongin acercándose a Irene.

—Y yo a ti mi amor -Irene comenzó a besarlo.

—Divorciate ya de ese idiota -dijo separandose de Irene.

—Aún no es tiempo, todo irá con calma, quiero destruirlo, pero de a poco, que su agonía se haga larga y darle donde más le duela -sonrío al pelinegro.

—¿Pero que quieres a cambio de eso amor? -preguntó.

—Su fortuna, hacerlo quedar como el malo de la historia, no pienso dañar mi reputación cuando puedo dañar la de él -se sentó sobre las piernas del joven.

—Pero, conozco a Seokjin, él no es malo, fuimos mejores amigos, ¿lo olvidas? -dijo irónico.

—Lo sé, pero debe de tener algún momento de debilidad, tiene que ser infiel para así yo poder lograr lo que me he propuesto, él no tiene pruebas para acusarme por infidelidad -sonrío.

—¿Y tu las tendrás? -besó sus labios.

—Si cariño, las tendré -afirmó.

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Larissa por su parte se encontraba en una duda total, no sabía ni siquiera que hacer después de lo de la noche anterior y lo de la insistencia de Seokjin para hablar con ella.

Su mente viajaba, y es que en uno de esos viajes, se llegó a imaginar a lado de aquel hombre, mirando esa sonrisa en la que comenzaba a perderse, mirar esos hojos hipnotizantes, y por que no, ser lo primero y lo último que viera en el día.

Tal vez su mente le hacía una mala jugada ya que comenzaba a alimentar esa pequeña ilusión dentro de su corazón, se llevó un golpe a la realidad cuando recordó la foto de Irene y Seokjin que había visto días atrás, definitivamente no sería una "rompe hogares".

—Miss Lari, Bae golpeó a Woon -dijo uno de los pequeños entrando al aula interrumpiendo sus pensamientos.

—¿Cómo? Vamos -salió corriendo del aula.

Llegando al patio estaba Danya entre ambos niños.

—¿Pero que pasa aquí? -pregunto Larissa mirando a ambos.

—Kim comenzó -acusó Woon.

—¿Bae? -Larissa lo miró y el pequeño solo miraba.

—No quiere hablar Lari -dijo Danya.

—¿Qué es todo este alboroto? -dijo la directora.