🔈Inumaki Toge🔈

8.1K 361 30
                                    

⚠️ CONTENIDO +18 (Leer bajo su responsabilidad)
*Créditos al autor de la imagen*
_

________________

No fue nada extraño para los compañeros del albino enterarse que su amigo era sumiso y menos su gusto exuberante por las mujeres mayores que él. Conocían su personalidad muy bien, su deseo de querer proteger a sus seres queridos escondía la terrible necesidad de ser él quien fuera protegido por alguien, además su actitud infantil encajaba a la perfección. Todo ello descubierto por Yuta en una ronda del típico juego verdad o reto.

Lo que por nada del mundo desearía el joven que se descubriera era la relación secreta que compartía con una de las hechiceras de primer nivel de la institución, quien había sido su mentora por un breve tiempo. Dicha relación consistía en encuentros ocasionales que en su mayoría eran solo para sexo. Muy dentro de él se sentía dolido, la quería más allá de un deseo carnal, había aprendido a amarla de manera dulce a pesar del aparente desinterés de ella pero tristemente se sentía comprometido a tragarse esos sentimientos por el bien de ambos.

Aquella hechicera eras tú, te había cautivado tanto el espíritu fuerte de Toge como su fuerza, con el pasar del tiempo sentiste una fuerte conexión, pero no admitirías que un "niño" había robado tu corazón; la mujer que no había caído rendida por Gojo o Getou si lo había hecho por un estudiante a punto de graduarse. Era cierto que la diferencia de edad te intimidaba, más por el hecho de los problemas que les podría causar que por ustedes, a pesar de ya ser mayor de edad, sabías que no sería muy bien aceptada su relación.

Pero te odiabas a ti misma, aun sobre todas las contras que encontrabas en una relación entre ambos te dejaste llevar, enrollándote con quien por un tiempo fue tu estudiante pero que desgraciadamente te satisfacía mejor que cualquier otro hombre que había pasado por tu cama.

Ahora te encontrabas fuera de la academia, esperando a tu pequeño amante, dispuestos a ir a otra "práctica" en el extranjero, la única excusa que tenían para pasar unos pocos días juntos. Habías preparado todo para él, un viaje a otra ciudad cercana, un hotel el cual pudiera darles la suficiente privacidad y una maldición mediocre que no les tomaría más de 10 minutos exorcizar. Hacías el esfuerzo de que todo pareciera lo más creíble posible, pero la gran habilidad como hechicero de Inumaki te dificulta las cosas.

El viaje hasta el hotel fue tenso, sabias de los sentimientos de Toge y morías por corresponderle como se debía, pero no estabas dispuesta a ponerlo en una posición delicada, por lo que tu actitud de mujer distante era la única cortina que los separaba, pero si tuvieras que ser sincera también disfrutabas de aquello; ver al chico ser reservado solo contigo era un gusto culposo que adorabas.

Al llegar a la habitación no perdiste tiempo, la desesperación de poseer al joven te consumía tanto que arrojaste el equipaje lejos solo para sostener el rostro del menor y besarlo ferozmente. No tardo tanto en seguir tu ritmo, su lengua intentando imponer en tu boca, cosa que no lograría, pues conocías sus puntos débiles; provocaste un sonoro gemido al tirar de sus cabellos y aprovechaste para devorar a detalle sus labios.

Ansiosa lo separaste de ti, solo para empujarlo hacia la cama, colocándote encima de él, despojándolo lentamente de sus prendas superiores. Recorrías su piel con tus labios, dejando pequeños besos por todo su cuello, causándole diminutos espasmos, lo sentías aferrarse a tus hombros suplicando más cercanía. Inhalabas su dulce aroma como si fuese la última vez y por mucho que lo estuvieras disfrutando esta no era la forma de unir sus cuerpos. Con pesadez te pusiste de pie, sin despegar tu mirada voraz de sus tiernos ojos, quitaste sus últimas prendas dejándolo solo en la cama.

Tomaste una silla del rincón de la habitación, colocándola frente a él te dispusiste a sentarte. En automático Inumaki entendió lo que debía hacer, por lo que tomando su miembro semi-erecto comenzó a masturbarse bajo tu atenta mirada. Te limitaste a desabotonar un poco tu camisa, dejando al descubierto tus pechos.

Te sentías extasiada, la respiración agitada y el sucio chapoteo de los fluidos de Inumaki te tenía embelesada, su linda piel cuál porcelana cubierta por sudor, haciéndola brillar bajo la luz de la habitación te incitaba a seguirlo atormentando.

Sentías una presión en tu bajo vientre, necesitabas algo de atención en tu intimidad, pero hacerlo sería perder contra él y ni loca dejarías que eso pasara, discretamente uniste tus muslos haciendo fricción entre ellos; haciendo el vago intento de rozar el clítoris con la presión de tus labios. Te habías mantenido tan centrada en ese pequeño placer que perdiste de vista a Toge, solo escuchabas sus gemidos de fondo, cosa que te encendía más. Ya comprendías el truco de tu pequeño jueguito de modo que levantaste la mirada, encontrándote con los ojos llorosos de tu chico.

Un extraño escalofrío recorrió tu cuerpo al ver la mirada de Toge, sus ojos fijos en ti, como si quisiera comerte, a la vez que suplicaba por atención, te sentías aún más poderosa, tenías el completo control, dependía solo de ti que él pudiera probar tu piel y acariciar aquello que muchos llamaban paraíso.

El calor en la habitación era abrumador, comenzabas a envidiar la desnudez del contrario, pero pasaste de ello al ver sus lindos gestos de frustración, ya tenía bastante tiempo masturbándose y aun no lo dejabas correrse. Te sentiste culpable, de modo que te acercaste a él, apartando su mano del pene para sustituirla por la tuya, frotando lentamente su glande; llenándote de sus fluidos, iniciaste un vaivén por toda su longitud.

Entre más acariciabas su miembro más ruidos obscenos salían de su boca, a falta de palabras solo escuchabas jadeos y de vez en cuando pequeños gritos. Frustrada subiste la velocidad de tu mano, provocando la eyaculación de Toge, dejando salir su esperma en pequeños chorros.

Estabas en tu límite, necesitabas sentirlo en tu interior, te quitaste solamente tus bragas, quedándote con la falda te montaste sobre él, sabías que aún no estaba erecto, por lo que iniciaste un frote entre sus intimidades. Inumaki solo te veía exhausto, su cabello se adhería a su frente a causa del sudor y su pecho aun no se recomponía, pero hacia su mayor esfuerzo en corresponderte.

Cuando sentiste su erección golpear contra tu entrada supiste que era el momento, tomando sus manos las guiaste hacia tus caderas, dándole a entender que te sujetara y de una sola te penetro, inevitablemente soltaste un gemido, la longitud de Toge no tenía nada que envidiar de otras. Te sentías mal al ver el esfuerzo del chico por seguir tu ritmo, el vaivén que mantenía tu pelvis contra él era rápido, sin mucha delicadeza te complacías a ti misma, olvidando que él también sentía aquello; dejaste de verle la cara pues te hacía sentir un hueco en el pecho de tan solo ver su cara angelical llena de frustración.

Te sorprendiste al sentir como tímidamente elevaba sus caderas para profundizar las penetraciones, así como recorría tu cuerpo con sus grandes manos, pasando desde tus muslos hacia tus pechos, presionando los pezones de vez en cuando. Querías recriminarle, pues solo tú tenías el derecho de mandar pero la manera en que golpeaba tu punto G te nublaba la mente así que lo dejaste pasar.

En pocos minutos comenzaste a tensar las piernas, sentías tu interior contraerse y una fuerte corriente recorría tu espalda, estabas en tu límite, el glorioso clímax estaba por llegar. Enfocaste la atención en Inumaki pues sus jadeos cada vez eran más fuertes y ahora solo presionaba tus caderas contra él, sin más acercaste tu rostro a él; gentilmente lo sujetaste y besaste, ahogando sus gemidos en tus labios, sumiéndose más en el momento.

Ambas respiraciones iban al compás, el roce de sus cuerpos y el calor del ambiente formó el momento perfecto para llegar al orgasmo. Te sentías llena, exhausta pero más allá de eso feliz, tanto que no te diste cuenta cuando soltaste un suave Te amo. Fue hasta que viste las pequeñas lagrimas saliendo de las orbes de Inumaki que te percataste de aquel detalle, sin saber qué hacer te quitaste de encima y recostándote a su lado lo atrajiste a ti con el fin de unirse en un abrazo, quedando dormidos poco a poco.

_______________________________
Hey! Cómo están?
Bueeeeeno si alguien lee está nota solo quiero agradecerles por el apoyo a las historias, no creí que a alguien le fuese a interesar pero me da gusto ver qué si uwu
También pido perdón por toooodo el tiempo que no actualice jeje

Una última cosa, si les gusta lo que hago les agradecería que comentaran el personaje que quisieran que siga, tengo ideas de algunos pero no me decido por cuál, OJO no recibo pedidos solo es para obligarme a escribir el siguiente relato.

Sin más que tengan lindo día! \(゚ー゚\)

JUJUTSU KAISEN | BETTER THAN SEX |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora