Capítulo 9: A night we never forget

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Luego de que Rapunzel se fuera las cosas se mantuvieron tensas en la casa. Hipo y Astrid habían vuelto con Jack que se paseaba incontrolablemente por la sala, pero nadie hacía nada pues ninguno de los chicos sabía realmente qué hacer.

Jack sabía que había sido un tonto por no mirar más allá de sus propias narices. Nunca pensó en nadie más que sí mismo y sus problemas y no vio que Elsa también podía estar sufriendo. Pero, a pesar de solo pensar en él, nunca quiso lo que pasaba ahora, nunca quiso lastimarla, solo deseaba alejarla y evitar que ella lo hiriera igual que Rapunzel...Además, ella también se evitaría un problema con él a su lado. Hipo, Astrid y Mérida ya formaban parte de su vida, pero Elsa aún no y había querido evitarlo.

—Jack, ¿puedes sentarte?—pidió Astrid irritada, ya no sería tan paciente peliblanco

El chico obedeció, se unió a ellos en la sala y permanecieron en silencio

—No lo sabía, ninguno lo sabía—habló finalmente el peliblanco

—Lo sabemos, Jack, ya lo has repetido como diez veces, pero no puedes esperar que te felicitemos por eso—dijo Hipo también un poco molesto con el chico—Solo nos queda esperar a que Elsa aparezca para ver si podemos solucionar algo

Jack sabía que lo que había hecho era horrible y nada podría ayudar para que dejara de sentirse menos mal...o sí. Había algo que aún no intentaba y que tal vez podría mejorar las cosas.

Cuando el silencio volvía a caer, el peliblanco se levantó repentinamente de su asiento

—Iré a disculparme con ella—dijo

—No sé qué tan buena idea sea eso—dijo Astrid

—No puede ser tan malo...Ella saldrá, tendremos una pequeña conversación, le diré que lamento lo que dije, que no sabía lo que pasaba y que aún la esperamos para ver una película con nosotros

Astrid e Hipo se miraron indecisos. Era un plan simple, no deberían haber grandes problemas con él...y si tenía suerte tal vez podrían viajar a Berk.

—Adelante, ve—dijo la chica

El peliblanco caminó hasta detenerse en la habitación frente a la suya. Respiró profundamente y golpeó.

Espero.

Y nada.

Tras unos segundos volvió a probar suerte, pero nuevamente no obtuvo respuesta y ese silencio claramente significaba que no la tendría aunque insistiera.

Al acercarse al lugar donde estaban sus amigos luego de su intento fallido de hablar con Elsa, escuchó que Astrid conversaba nerviosa con su novio.

—Hipo, sé que en Berk nos esperan, pero no podemos dejar a Elsa así—dijo la rubia

—Sí, lo entiendo—respondió Hipo—Astrid, tal vez deberíamos quedarnos acá por este fin de semana—sugirió. El chico sabía lo que era perder a un padre y no se imaginaba el dolor de Elsa por haber perdido a ambos hace tan poco

—No lo sé, en Berk necesitan a su líder...pero Jack y Elsa—intentó pensar la chica. Ambos necesitaban visitar la isla, ordenar algunas cosas y resolver algunos conflictos, pero el problema en casa era igual de importante

Jack notaba que por su gran bocota había causado muchos problemas...diablos, incluso podría afectar a Berk a kilómetros de distancia si retenía a Hipo y Astrid por su preocupación. No dejaría que eso pasara

—No le haré nada—suspiró el peliblanco interrumpiendo la charla de sus amigos y agachando la cabeza—Ustedes saben que no soy un mal chico—dijo entristecido

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