Capítulo 27: Evitar

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La primera noche de vuelta en la academia fue difícil para Elsa. La chica no podía detener los pensamientos que aparecían en su mente con las infinitas formas en que algo podría fracasar con sus poderes y afectar a Anna. Y lo peor era que las posibilidades de que algo ocurriera eran enormes ahora que la tenía durmiendo al otro lado de la pared y que obligadamente tendría que compartir con ella...

Con todo este sobre pensar en lo que podían salir mal, Elsa tuvo una terrible noche, peor que lo que alguna vez fue debido a los problemas con Jack. Inevitablemente todo la llevó a tener las más horribles pesadillas, que la dejaron agotada tanto mental como físicamente para el día siguiente

Anna era lo que más quería en el mundo, no se podía permitir dañarla.

...

Zapatillas, pantalones y una polera deportiva era todo lo que Jack vestía al salir de casa mientras el sol comenzaba a elevarse por el horizonte.

En su primer día de clases, pero igual que en las dos semanas previas el peliblanco se levantó temprano, muy temprano, para salir a trotar.

Y sí, como deporte, no parte de una broma.

La vida de Jack había cambiado demasiado durante las vacaciones, en algo que él esperaba fuera para bien. Tras los errores que sentía que había competido a fin de semestre, que involucraban principalmente a Elsa y el acontecimiento con Gastón, el peliblanco se había propuesto encontrar una mejor versión de si mismo, más ágil y más fuerte y suficiente para enfrentar a cualquiera que tuviera malas intenciones.

Por esto, a las 6 AM daba inicio a su trote diario por el campus.

Jack había visto mejoras, y ya podía decir que no terminaba agonizando después de su entrenamiento, pero sus objetivos para volverse una persona mas competente no terminaban ahí. 

Su plan tenía una segunda parte, mas riesgosa y atrevida, pero validada y autorizada por Hipo, y por la cual ahora tomaba un desvío de su usual recorrido, para dirigirse directo hacia las canchas del campus. 

Necesitaba de alguien y tenía que encontrarlo ahora, conversar con él y regresar a casa antes de que el resto de sus compañeros despertara. 

Y sí, la misión era una locura y por eso necesitaba validarla, pero valía totalmente la pena...

Afortunadamente, al detenerse frente las líneas blancas que delimitaban el espacio de juego de fútbol americano, encontró a su persona: Adam, La Bestia de Disney, que regresaba a las bancas luego de una secuencia de entrenamiento. Inmediatamente Jack se acercó al chico que tras notar su presencia se volteó hacia él.

—Adam—habló primero el peliblanco, pero pronto la conversación fue tomada por el otro chico

—Jack Frost, justo la persona que esperaba ver...Sabes, ayer cuando llegué al campus me encontré con algo muy curioso en el anuncio que dejé en el mural antes de vacaciones, específicamente en la hoja de inscripciones nuevas para este semestre...¿Es verdad que te quieres unir al equipo de Disney?—preguntó Adam con tal incredulidad que por un momento hizo sentir a Jack como un niño ingenuo esperado ser aceptado en algo como premio de consuelo

Y honestamente el peliblanco no esperaba algo muy diferente...

El hecho de no tener más fuerza que la de voluntad ni músculos mas allá de los que le permitían moverse, no ayudaba mucho a creer que lo que pedía era verdad, y su fama de bromista hacía que todo fuera menos creíble, pero esta vez no jugaba. 

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