Capítulo 39: Who is in control?

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—Yo maté a Pitch.

Las palabras que salían de la boca de Jack hicieron eco en la oscura habitación y Elsa sintió que su corazón se comprimía por ver al peliblanco así de asustado y temeroso. Era duro lo que decía, era grave y algo muy serio, pero ella sabía que no había sido él...

—Jack...—lo nombró en solo un susurro. Quería consolarlo y tranquilizar su mente, pues lo había oído antes, como él relataba que sus poderes parecían ser insuficientes a pesar de ser el espíritu del invierno, y aunque el resto dudara, ella no lo hacía y lo entendía. Jack tenía grandes poderes, pero no eran infinitos y no puedo hacer más, no fue su culpa.

Lamentablemente, antes de siquiera poder moverse para hablarle más de cerca, las alarmas de la casa comenzaron a sonar con un ruido estruendoso, obligando a ambos a detener lo que hacían y a mirar alrededor en búsqueda de lo qué causaba eso.

El ruido en las habitaciones también pronto comenzó a crecer, seguido de gritos de miedo y pisadas apresuradas, sobre todo de...

—Anna—mencionó Elsa, y luego de volver a observar por un segundo a Jack, ambos caminaran con prisa hacia el pasillo—¡Anna!—gritó esta vez la platinada

—¡Elsa!—salió casi de inmediato la chica de su habitación, acercándose a su hermana y siendo pronto imitada por los demás hasta reunirse los seis en medio de la casa, mirando alrededor confundidos y asustados.

El ruido se sintió eterno, y eso que solo duró un poco más de dos minutos hasta poco a poco comenzar a detenerse. Mas, antes de que la tranquilidad llegara, una carta se deslizó por la rendija de la puerta.

—¡Ay, no, no otra vez!—pidió Kristoff nervioso mientras Jack caminaba a alcanzar el papel

Y, después de leer, la expresión en su rostro no auguraba nada bueno.

—Sandy...—dijo forzando su voz para que las palabras salieran—Desapareció.

Todos lo observaron impactados mientras intentaban darle algún sentido en sus mentes a lo que decía Jack y lo que acababa de pasar.

Nadie dijo nada y Astrid pronto le quitó el papel de las manos al peliblanco para comprobar por sí misma lo que estaba escrito.

—Sandy desapareció—repitió.

—Qué significa esto, no lo entiendo...—se quejó Anna con un temblor ansioso en su voz, mientras Kristoff se acercaba a contenerla—Pensé que la academia era segura, pero un profesor murió y otro desapareció...

Antes de que continuaran, un fuerte golpe en la puerta los alertó.

—Yo abriré—dijo la pelirroja sin esperar y dispuesta a acercarse a la entrada.

—¡Anna!—se quejaron todos al mismo tiempo, con Kristoff y Elsa sosteniéndola, y la hicieron pasar al fondo mientras Jack sacaba su cayado, la platinada, junto a él, preparaba sus poderes, Kristoff bloqueaba el camino e Hipo y Astrid protegían los costados.

—¡Elsa, abre la puerta y te quedas atrás de ella!—indicó Jack de forma autoritaria y tomando con mayor firmeza su instrumento al saber que, con su instrucción, sacaba a la platinada del enfrentamiento con quien fuera que hubiera del otro lado.

La chica iba a reclamarle por esto, pues notaba que la dejaba en una posición segura desprotegiendo al resto, pero su «Ahora» llegó más rápido y le tocó obedecer y abrir.

De inmediato los chicos en el interior de la casa notaron que era más de una persona la que estaba frente a ellos, los que los hizo abrir los ojos aterrados, pero las siluetas no tardaron en tomar forma y hacerlos bajar sus defensas.

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