S͜͡i͜͡ E͜͡s͜͡t͜͡u͜͡v͜͡i͜͡e͜͡r͜͡a͜͡s͜͡ e͜͡n͜͡ S͜͡e͜͡v͜͡e͜͡n͜͡t͜͡e͜͡e͜͡n͜͡ ༄♡︎

→ Cuatro ojos

Sip, usas lentes.

Toda la vida los has usado, desde niña. Los chicos te conocieron con ellos y los fans te conocen sin ellos.

En los stages y presentaciones usas lentes de contacto. No te molestan, pero sabes que no son lo mismo que usar lentes normales.

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Terminaste de secar tu cabello, te vestiste con un short blanco y un hoodie - tomado sin permiso del armario de Jun - , te pusiste tus lentes y bajaste en silencio a la sala. Encediste una de las lámparas del lugar y te sentaste con un libro a leer.

La mayoría de los chicos estaban arreglandose para dormir, si es que no estaban dormidos ya. Eran las 11 PM y recién habían llegado a casa después de una exhaustiva sesión de ensayos.

Tu manera de arreglarte para dormir es relajar la mente, y que mejor para eso que leer. Aparte simplemente te gustaba hacerlo, así que matabas dos pájaros de un tiro.

Oíste pisadas y despegaste la mirada del libro.

- Te ves adorable con mi suéter, pequeña WonWoo - sonrió el chino y se acercó.

¿Pequeña WonWoo? ¿Otro apodo?

- ¿Por qué lo dices Jun? - lo miraste confundida.

- Vaya, es sorprendente que todavía lo preguntes. Literalmente así - te señaló - Te ves como la versión femenina de WonWoo - comentó.

- ¿Qué yo qué? - una tercera voz se oyó.

Y segundos después, apareció el mencionado en la sala. Hoodie y lentes, tal para cual. Haciendo a Jun reír.

- Dos gotas de agua. Buenas noches- rió antes de irse por dónde apareció.

Quedando nuevamente dos personas, pero no las mismas.

- Me dijo "Pequeña WonWoo" - reíste en tono bajo.

- ¿Por qué? - se sentó junto a ti y se recostó del sofá.

- Dice que me parezco a ti, creo que por los lentes. Tantos años viéndome con lentes y aún parece no acostumbrarse a verme con ellos - cerraste el libro.

- Nah, es Jun. No le prestes atención - te acercaste a él y rodeó tus hombros - Tiene envidia. Después de todo, no puede decir que comparte algo con su mejor amiga - sonrió.

- Tal vez tengas razón - él te quitó el libro.

- ¿En serio leías este libro? ¿Otra vez Princess? - asentiste.

Ese libro fue un regalo de su parte cuando cumpliste 18. Siempre te ha encantado la poesía y él se encargó de buscar a tu autor favorito. Es uno de tus tesoros más preciados.

- Déjame en paz, sabes que me encanta - te cruzaste de brazos haciendo un puchero.

- Deja el drama - besó espontáneamente tu mejilla antes de reír - Ven, leamos un rato, enana - sonreiste.