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Me separé de Zoe y Megan entró a la habitación para invitarnos a bailar, definitivamente nada está a mi favor, la mayoría ya se habían ido y era mi responsabilidad llevar a Zoe.

Nos despedimos y en el camino ella se durmió, agradecí que no se volviera a tocar el tema.

La desperté para que bajara y sonrió algo soñolienta, se despidió con un beso en la mejilla, vi a su madre en el marco de la puerta, me despedí de su mamá una gran señora me quiere como si fuera uno de sus sobrinos, me pidió hasta que durmiera ahí pero preferí no incomodar.

Sabía que no vería a Zoe por un tiempo por nuestros choques de horarios de la Universidad, además de estudiar en universidades diferentes.

...

Las semanas han transcurrido con normalidad y algo de estrés por los exámenes, Lia ha sido mi apoyo estos días pues sus mensajes de apoyo y de que lograré mis objetivos nunca faltan.

Tiene el mismo color de ojos y las mismas ondas en el cabello, las mismas que Zoe, ay Zoe Zoe ¿porqué no te puedo sacar de mi cabeza?, debo entender que está con alguien más.

Pero ¿cómo le explico eso al corazón?

Talvez debería intentarlo con Lia es una buena chica, tiene ojos bonitos, debo intentar olvidar a Zoe, debo dejar de verla como mujer, debo entender que solo me quiere como un hermano.

Fui a ver a Lia a la universidad, ya que su auto lo están reparando.

- ¿Hey vamos por el helado? - preguntó Lia, vi a Zoe saludar a lo lejos, por un momento olvidé que estudian en la misma universidad.

- Eh si si vamos - me levanté de mi asiento y dejé que Lia tomara mi mano para guiarme.

Volví a observar a Zoe a lo lejos y noté su sonrisa fingida al verme con Lia.

- Tu favorito es el de menta - asentí y la vi acercarse a pedir los helado a la encargada de la heladería.

Tome mi móvil que empezaba a sonar, ver el nombre de Zoe dibujó una sonrisa en mi rostro.

- Creí que venías por mí - se quejó, sonreí y negué con la cabeza.

- Jajaja tranquila otro día vendré por ti, la estoy ayudando porque su auto lo están reparando - expliqué con calma.

- Existen los ubers, taxis, autobuses - volví a sonreír, de alguna extraña forma ella me estaba celando, así fuera como amiga se sentía tan bien.

- Iré contigo después del helado, lo prometo - colgó y sé que está molesta, giré para encontrar a Lia a mitad de su helado y el mío derritiendose.

Guardé el móvil.

- Apresurate, no querrás que tu amiga te vea llegar tarde - en su voz notaba el sarcasmo.

- No digas eso, ya te he dicho que es una buena chica - noto la incomodidad de ella y nos sentamos.

- Siempre haces lo mismo Matt, en cuanto escuchas su nombre dejas todo por ella - hizo un ademán con su mano.

- No digas tonterías yo también paso contigo - me defendí.

- Te recuerdo que la última vez dijiste que Zoe estaba un poco mal y cancelaste la salida a la pizzería - recuerdo que fue Zoe quien escribió eso para quedarnos en los videojuegos.

- Es que entiende ella estaba mal - rodó sus ojos molesta.

- Siempre es lo mismo - terminó su helado y la vi levantarse de su asiento.

- ¿A dónde vas? - pregunté levantándome junto con ella.

- Dónde no me ignoren - caminó molesta y sonreí, la vi regresar.

- Te llevaré a tu casa no te preocupes - reí un poco más porque sabía que no tenía en qué regresarse a su casa.

La llevé hasta su casa en absoluto silencio y es que cualquier cosa que dijera la iba a molestar.

En fin mujeres.

- Gracias por traerme y disculpa por quitarte tu tiempo - Sarcasmo en su máxima expresión.

- Disculpame a mi, prometo recompensarlo, te parece si mañana vamos por la pizza que tenemos pendiente - asintió con una sonrisa y se despidió con un beso en la mejilla.

Conduje hasta casa de Zoe, toqué la puerta y me abrió su madre, me invitó a pasar.

- Zoe salió hace poco con Alec, dijeron que irían al cine, así que si gustas esperarla para preparar la cena - comentó su madre amablemente.

- Oh no, creí que ella no saldría, vine a hablar un rato con ella - Zoe siempre me haces lo mismo.

- Sigues enamorado ¿verdad? -preguntó su madre.

- No entiendo a qué se refiere -necesitaba hacerme el confundido.

- ¡Vete al diablo! - escuché gritar a Zoe mientras entraba a casa y cerraba la puerta dando un portazo.

- Zoe por Dios ¿que sucede? - su madre se acercó y yo le seguí.

- Alec me engañó - dijo para soltar el llanto.

- Voy a matar a ese mal parido - di un golpe en la mesa y me acerqué a abrazarla.

- Pero ¿como lo supiste hija?, trata de calmarte un poco - se alejo y fue a los brazos de su madre, la acariciaba mientras yo iba por un poco de agua.

- Hay fotos con una chica - me pasó su celular y era un numero privado el que le escribía, las fotos no eran tan comprometedoras, se los ve juntos y sonriendo a unos papeles.

- ¿Estas segura de esto? - asintió entre lágrimas - ¿Qué te dijo ese desgraciado? - juro que cuando lo vea no le quedara un solo diente, nadie hace llorar a mi Zoe.

- Qué no era lo que yo creía que todo tiene una explicación, pero sé que no la hay, ellos están hasta planeando boda.

El celular de la madre de Zoe empezó a sonar, nos mostró que era Alec.

Contestó y yo estaba atento a lo que él decía, en el rostro de la señora Luana se dibujó una sonrisa y colgó.

- Seca esas lágrimas y déjalas para la boda - dijo la señora Luana y sentí como todo mi cuerpo se tensaba.

- ¿Boda? - preguntamos Zoe y yo al unísono.

- Él está con la chica que lo está ayudando porque te piensa pedir matrimonio, quería que fuera sorpresa pero mira tu, alguien los quería separar y no lo ha conseguido.

- Me voy a casar, mamá ¡me voy a casar! - la vi saltar de alegría y abrazarme - tu serás el padrino.

La acabo de perder.

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