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Al poco rato llegó con los helados, nos sentamos en la cama a comerlos y me sentí como aquellas tardes en las que él me sorprendía con helado o cualquier cosa que me gustara.

A veces solía llegar con su guitarra e inventaba canciones para sacarme una sonrisa.

— Recuerdo que ésto hacíamos cada vez que podíamos — una sonrisa melancólica se formó en mi rostro.

— Eran buenos tiempos — afirmé.

— Y yo un tonto al no confesarte mi amor — bajo su cabeza algo decepcionado.

— Matt porfavor, ya lo hemos hablado — ¿Cuándo lo entenderá?

— Esta vez no me voy a quedar callado porque por quedarme callado te perdí — sus palabras eran sinceras.

— Eres un hombre completamente diferente al hombre que conocí, al hombre que quería como mi mejor amigo, mi cómplice, eras un partidazo y siempre te promocionaba con las chicas sin saber que a quien querías era a mi — si él era sincero yo también debía serlo.

— ¿Crees que si te lo hubiera propuesto hubieras aceptado? — me quedé en silencio y es que no tengo respuesta a esa pregunta — Vamos dilo.

— No lo sé Matt, sabes que te quería mucho pero no se cual habría sido mi respuesta — se acomodó junto a mi.

— ¿Ya no me quieres? — esa pregunta hizo eco en mi cabeza.

— Deja las tonterías y vamos a dormir — la empleada recogió las copas de helado, cepille mis dientes y me acosté.

Sentí sus brazos rodear mi cintura y lo aparté.

— Sé que te gusta dormir abrazada, hasta cuando éramos mejores amigos me lo pedías — Si le hago creer que tomo bien sus gestos pueda que me deje ir.

— Está bien — volvió a rodear mi cintura con su brazo y empezó a hacer pequeños círculos con sus dedos en mi abdomen — ¿estás acariciando al bebé?.

— Los acaricio a ambos a ti y al bebé — llevó su cabeza hasta mi cuello.

— ¿Qué haces? — este busca algo más.

— Me encanta tu aroma Zoe — giré para quedar frente a él.

— Tengo miedo a todo lo que te enfrentas, a que nos hagan algo a mi o al bebé y hasta a tí — Dio un beso en mi frente y acomodó unos mechones de mi cabello.

— No debes tener miedo si estas conmigo — estábamos tan cerca que podía sentir como nuestros alientos se mezclaban.

— Recuerdo lo que me preguntaste la última vez que estuvimos así de cerca — dije y él sonrió al recordarlo.

— Esta vez no lo preguntaré — respondió para juntar nuestros labios en un apasionado beso que correspondí, necesito salir de aquí y debo ganarme su total confianza.

Nos separamos por falta de aire e inmediatamente se dibujó una sonrisa en su rostro.

— Matt eso no debió suceder — Esto no tenía porque pasar.

— Porfin prové tus labios de la manera que quería, y si debía suceder, tu no te negaste — suspiré algo desesperada.

— Estoy confundida, por favor no malinterpretes las cosas — no me va a creer si lo acepto de una, debo negarme un poco.

— Tranquila puedo ayudarte a aclarar las ideas y liberarte de la confusión — con su mano tomó mi barbilla y se acercó para dejar otro corto beso en mis labios.

Hormonas del carajo no ahora porfavor, sentía mi piel completamente caliente y sé que no es fiebre.

— Matt deja las cosas así, hagamos como si esto no hubiera sucedido — Estaba dispuesta a cubrirme bajo las sábanas por la vergüenza.

— Un último beso porfavor, no pediré más — volvió a acercarse para dejar otro apasionado beso en mis labios al que correspondí, el beso se volvía más intenso, me posé sobre él y rodée su cuello con mis brazos.

Continúe con el beso, llevó una de sus manos hasta mis caderas y con la otra empezó a bajar los tirantes de la blusa.

— Matt — me separé al recordar ¿que carajos estoy haciendo?, me observé y tenía mis senos al aire libre, los cubrí de inmediato y podía sentir claramente su erección — No no esto no puede estar pasando.

— Está pasando y sé que lo deseas susurró en mi oído — cerré mis ojos y respire profundo, me baje de él y subí mi blusa.

— Me daré una ducha — dije para prácticamente correr a la ducha.

Zoe Zoe te haz vuelto loca, me he pasado demasiado.

Dejé que el agua recorriera mi cuerpo que se estaba adaptando al frío del agua cuando unos brazos se posaron en mi cintura, me sobresalte, gire para encontrarme con sus ojos llenos de pasión, nos fundimos en un profundo beso.

Llevó sus manos hasta mi trasero, rodee su cuello con mis brazos.

— Esto no está bien — dije entre besos.

— Esta mucho más que bien — volvió a besarme, me tomó en sus brazos para llevarme hasta la cama y continuar las caricias.

Podía sentir cada parte de mi cuerpo erizarse con solo un toque.

— Matt — susurré entre jadeos.

— No me pidas que pare, no ahora — sentía sus labios sobre mi cuello y del mismo descendió hacia mis senos.

Estaba completamente extasiada por sus besos y caricias, entró en mi sin previo aviso, logrando que arqueara mi espalda al sentirlo, el vaivén de sus movimientos me tenía totalmente vulnerable dejándome llevar por el calor de la habitación y la maravillosa satisfacción que me daba su cuerpo.

Besó cada parte de mi cuerpo como nadie lo había hecho, no había presiones, no había apuro y pude ser con él totalmente libre en sus brazos.

Cada caricia se sentía igual que la primera, mordí su labio y devolvió el gesto, giramos para yo quedar sobre él.

Meneé mis caderas en círculos logrando obtener más placer, di pequeños saltos que volvió todo más caliente, llevó sus labios a mi cuello dejando pequeñas mordidas y besos que disfruté.

Nuestro jadeos se escuchaban por toda la habitación, un gruñido de su parte y un gemido de mi parte nos indicaban que habíamos llegado al clímax, dejé caer mi cuerpo sobre él.

Nuestras respiraciones agitadas era lo único que se escuchaba en aquella habitación.

— Me he estado perdiendo esto todos estos años — Dijo aún con la respiración agitada.

Volví a mi realidad ¿que carajos he hecho? No voy a culpar a mis hormonas pero Dios mi cuerpo lo pedía a gritos.

Me levanté rápidamente y me envolví en las sábanas.

— Hay sangre en las sábanas — comentó para yo observar la mancha.

— ¡El bebé! — llevé mi mano a mi entrepierna.

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