6: La pareja del lobo

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Luego del incidente, Namjoon se volvió mucho más sobre protector conmigo. Si, podía ser aún más receloso en mi cuidado y quedó claro.

Él no era alguien que lo demostrara abiertamente, ni siquiera me limitaba o decía algo. Lo dejaba entre ver con su actitud, mezclando mi ropa con la suya para que adquiriese su aroma, llenando la madriguera de provisiones para que no necesitara salir y buscando contacto físico conmigo, aumentando la frecuencia de sus besos y posesividad de sus caricias.

Al inicio dormíamos en posición de cucharas, algo típico entra las parejas alfa-omega. Compartíamos la misma almohada, pero él se acomodaba de forma que su nariz estuviese cerca de mi cuello. Con el paso de los días, amanecía boca abajo, con él recargado en mi espalda mientras una de sus manos apresaba la mía entrelazando sus dedos y tenía la otra en mi vientre y la cama. De este modo controlaba cualquier cambio en mí.

Fue así que una mañana me despertó con múltiples besos en el cuello, provocándome cosquillas.

—Jin, despierta—rogaba.

Restregué mis ojos sintiéndome aun cansado.

— ¿Qué sucede?

—Aquí— dijo apretando suavemente mi vientre, con una voz que para nada escondía su entusiasmo mientras restregaba su cabeza contra mi espalda, eufórico—. Aumentó tu temperatura. Y tu olor es más dulce ¡Vas a entrar en celo! ¡Mi Jin precioso! ¡Tu cuerpo me eligió para ser el padre de tus bebés!

Sucedía algo entre las parejas alfa-omega y era que a modo de seducir a sus alfas y decirle que lo había aceptado, el cuerpo del omega libera un tenue aroma muy dulce que solamente el alfa elegido como compañero podía sentir. Bastante romántico, de no ser que esto sucedía pocas veces. En general los omegas eran enlazados con otros alfas sin que ellos pudiesen elegirlo ni mucho menos amarlos.

Yo tenía suerte, o algo como eso. Estaba con una persona que claramente me amaba incluso sí esto iba en contra de su naturaleza. Sabía que lo que deseaba era un hijo, pero había un problema y eso era que si bien mi cuerpo estaba alistándose para entregarse a él y mi corazón guardaba el recuerdo de haberle amado, algo escondido en algún rincón de mi memoria me llenaba de temor.

Un temor que era incapaz de expresarle y que me llevaría a tomar una mala decisión.

—Jin, ¿qué vamos a comer hoy? —preguntó divertido apresando mi cintura mientras yo pelaba algunas papas.

— ¿Quieres algo especial?

— ¡Borsch! Tenemos papas, zanahorias, remolacha, cebolla...

—Quiero ponerle algo de tofu.

— ¿Eh? Pero no tenemos tofu.

Giré la cabeza mientras traía su rostro hacia mí con una mano. Le besé la mejilla y pude ver como sus ojos brillaban con algo tan pequeño como eso.

—Quiero tofu, Namjoon. Por favor.

Yo sabía que su naturaleza de proveedor le mandaba a buscar lo que yo le pidiera y por otro lado, él no quería separarse de mí. Tenía dos opciones, o iría solo hasta el pueblo más cercano (el cual quedaba a un kilómetro luego de bajar por la pendiente mientras yo lo seguiría cubriendo mi olor con algo suyo), o sería incapaz de separarse y me llevaría con él.

De todos modos, era un lugar pequeño habitado por omnívoros, así que no corría riesgos.

—Iré al pueblo a traerte un poco. Por favor, no salgas de casa bajo ninguna circunstancia.

— ¿No puedo acompañarte?

—Ni hablar.

—Pero si solo hay herbívoros y omnívoros

Hunter (Omegaverse/adaptación Namjin)Where stories live. Discover now