Le llaman la mujer de ceniza.
Porque le quemaron el alma y le incineraron el corazon.
Pero supo levantarse por su amor propio y sonriendo enfrentó la vida.
Valorándose y respetándose ella misma, y así como el AVE FÉNIX se levantó desde el fuego para...
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Creo que llevo más de dos horas despierta en esta cama de hospital, pero no puedo hacer nada que no sea compadecer me a mi misma. Mis sentidos están más agudizados por la perdida de mi vista, así que me permito escuchar todo a mi alrededor, con la intención de distraerme.
El sonido de la puerta me hace enderezar me en la cama.
Elizabeth : ¿Quién es? - pregunto pero antes de que pueda responder se escuchan sollozos - ¿Estas bien? - pregunto y a los segundos siento un fuerte abrazo.
Es Jimena lo se, su perfume la delata, la abrazo más fuerte a mi necesitando este contacto.
Jimena : lo siento lo siento - dice llorando.
Elizabeth : tu no tienes la culpa - la aparto de mi acariciando su rostro - son baches del destino, solo tienes que estar conmigo - le doy una sonrisa y pagaría millones por poder ver la suya.
Jimena : yo es que hemos estado alejas y yo... - solloza - no dejo de sentirme culpable por a verte dejado sola - se vuelve a disculpar.
Elizabeth : ya te he dicho que dejes de pedir perdón - agarro sus manos - mejor cuéntame cómo están las cosas por casa - pido.
Jimena : bueno pues un poco mal ya que al enterarnos del accidente nos afecto - explica - norma y Sarita también vinieron pero están con el doctor, que por cierto es un papasote - sonrió.
La verdad que Hernán si es guapo, tiene un aura que te atrae. Antes de poder seguir con la conversación, el sonido de la puerta atrae mi atención, el ambiente se llena de tres olores bastantes conocidos para mí, norma y Sarita.
Lo primero que siento son la calidez de los brazos de norma, me es inevitable no hecharme a llorar todo me sobre pasa ahora mismo, Sarita es la siguiente en abrazarme pidiendo disculpas por no estar más a mi lado.
Norma : el doctor nos informó que puedes volver a casa hoy mismo - me dice con un tono cálido pero un escalofrío recorre toda mi columna.
No puedo volver a esa casa, todo a sido un infierno desde que mi padre murió, a sido desgracia tras desgracia en esa mísera mansión.
