La luz se apagó y la oscuridad entró de nuevo.
"No confíes en nadie", S. J. Watson
𝑼𝒏𝒂 𝒎𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆
𝑼𝒏𝒂 𝒕𝒓𝒂𝒊𝒄𝒊𝒐́𝒏
𝒀 𝒖𝒏𝒂 𝒑𝒆𝒓𝒅𝒊𝒅𝒂 𝒊𝒏𝒔𝒐𝒑𝒐𝒓𝒕𝒂𝒃𝒍𝒆.
Solo ɾecemos pɑɾɑ que Rose este pɾepɑɾɑdɑ pɑɾɑ lo que se viene
Book O...
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𝐑𝐨𝐬𝐞 𝐬𝐨𝐥𝐨 𝐬𝐞 𝐝𝐢𝐨 𝐯𝐮𝐞𝐥𝐭𝐚 𝐲𝐚 𝐡𝐚𝐛𝐢𝐚 𝐜𝐮𝐦𝐩𝐥𝐢𝐝𝐨, 𝐭𝐫𝐚𝐣𝐨 𝐚 𝐊𝐥𝐚𝐮𝐬 𝐚 𝐌𝐲𝐬𝐭𝐢𝐜 𝐅𝐚𝐥𝐥𝐬, La cobriza se alejó rápidamente del lugar, apenas habían pasado unas horas y no estaba mentalmente lista para volver a verlo.
La chica se sentó en el área de los familiares ya que técnicamente venia en representación de los Salvatore junto con Damon.
La graduación sucedió y Rose aplaudió bien fuerte cuando todos sus amigos pasaron con una sonrisa en su rostro, tratando de ignorar el hecho de Klaus se encontraba en el área.
La chica iba a ir con sus amigas al Grill para celebrar pero cierta persona frente a ella la hizo detenerse y contenerse de no gritarle ahí mismo.
-Pensé que estarías feliz de verme, amor.
Rose rio con sorna por el descaro que tenía Klaus, ella sabía que si no hubiera sido por Elijah ella nunca se hubiera enterado y estaría bastante agradecida por eso ya que la salvo de alguien que claramente no valía la pena.
-Lo sé todo, Klaus, lo de la chica que espera tu hija en New Orleans.-dijo con calma sabiendo que alterándose no lograría nada.
-Rose, eso fue un error.-Klaus iba a seguir hablando pero una cachetada lo hizo callar.
Rose estaba frente a él con una mirada de hielo que solo reservaba para aquellos que odiaba, Klaus vio culpable a la chica y no pudo sostenerle la mirada.
-Pensé que me querías.-susurro mientras se quitaba el anillo y se lo entregaba.- pero ahora te veo por lo que realmente eres, un traidor.
Klaus veía con arrepentimiento a Rose, lo había arruinado esta vez, en esta ocasión si fue su culpa que ella se alejara de él, pero lo único que pensaba Klaus era ¿en quién podría haberle contado a Rose?, este suspiro dándose cuenta, Elijah, el debió haberle dicho.
-Amor...
-Amor nada, Niklaus, vete de Mystic Falls, ya nada te queda aquí.
La tensión se sentía en el aire, azul contra verde se vieron por última vez a los ojos, era una despedida silenciosa, y en un pestañeo Klaus ya no estaba ahí.
