𝐀𝐌𝐁𝐄𝐃𝐎²-𝑇𝘩𝑒 𝑉𝑎𝑚𝑝𝑖𝑟𝑒 𝐷𝑎𝑟𝑖𝑒𝑠

3. Vidas diferentes.

𝐌𝐚𝐝𝐝𝐢𝐞 𝐜𝐮𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐨 𝐚 𝐍𝐞𝐰 𝐎𝐫𝐥𝐞𝐚𝐧𝐬, agradeció no encontrarse con Klaus y su tía dijo que el llegaría más tarde para pasar tiempo con ella y ciertamente la chica no sabía que pensar.

-Ok, Maddison tu puedes hacer esto. -dijo la chica dándose ánimo, maldita sea la hora que acepto ese intercambio.

Maddie inspecciono la habitación encontrándose varias fotos y un puchero de tristeza al extrañar su piano y sus objetos de pintura aunque técnicamente ella no pintaba desde el día que activo su maldición; algo que tenían en común las gemelas es que habían heredado el talento de pintar de ambos padres.

Maddison decidió explorar el recinto y una de las habitaciones llamo su atención y al entrar a esta una sonrisa se postro en su rostro al ver que era una sala de arte.

Se acercó a inspeccionar las pinturas y una la dejo sorprendida, era su madre en todo su esplendor cuando era un poco más joven antes de que su abuela le diera el don de la inmortalidad.

Sinceramente se veía hermosa en esa pintura y Maddison dándose cuenta de quien la había pintado se echó para atrás dispuesta a salir de ahí pero una voz la hizo congelarse en su sitio.

-Hope, que bueno que llegaste, te extrañe mucho.

Maddie se dio vuelta lentamente encontrándose con esos ojos parecidos a los suyos y ciertamente no esperaba verlo tan pronto.

-Hola papa. -dijo en voz baja y una amargura que camuflo fácilmente, ella estaba acostumbrada solo decirle papa a Stefan.

Klaus se acercó a Maddie pensando claramente que era Hope dándole un abrazo pero frunciendo el ceño cuando esta se tensó ante su toque pero que luego se relajó.

Maddie siguió el abrazo de Klaus aunque el enojo de lo que le había hecho a su madre hizo que sus ojos se iluminaran amarillos pero parpadeo rápidamente y su color de ojos normal volvió.

-¿Quieres pintar conmigo? -pregunto Klaus con una sonrisa.

Una mueca apareció en la cara de Maddison y negó. -La verdad no tengo ganas, papa iré a descansar estoy cansada.