Best Friends Forever

61) Códigos.

Lucas

La culpa por no decirle la verdad a Rose me inunda, quiero hacerlo, pero no puedo, ya le pedí que fuéramos novios, pero sé que la relación no se puede basar en la mentira que soy, es como hace una casa sobre una lona en un lago, en cualquier momento se va a undir.

Queriendo estar solo me voy al jardín después de desayunar, Liam me vio a lo lejos y me preguntó con señas que pasaba, pero le indiqué que todo estaba bien enseñándole el dedo pulgar. Camino alejándome un poco más de todos y cuando encuentro el lugar indicado me siento en el césped con las piernas cruzadas como indio a mirar a la nada. Pienso en los recuerdos borrosos que tengo de mi infancia con los chicos, he hecho todo lo posible para que no se pierdan, pero el paso de los años y nuevas experiencias hacen que sea difícil.

Solo hay una cosa que nunca he olvidado, la canción que teníamos Rose y yo para cuando volviera, tomo la guitarra que había hecho a un lado y me acomodo para tocar la melodía como la recuerdo.

A medida que voy tocando voy tarareando las pocas letras que recuerdo hasta que llega el coro.

- Volveré, volveré,
Al otro día, quizás
Pero volveré, volveré.

Volveré, volveré,
Al otro día, quizás,
Pero volveré. Volveré.

Me detengo y sigo tocando para cantar en mi mente, pero un sollozo me interrumpe y miro sobre mi hombro para ver quien está detrás de mí.

Mi corazón da un salto y podría jurar que toda la sangre se drena de mi cuerpo cuando veo un Rose inmóvil, me pongo de pie rápido y es cuando la puedo observar. Sus mejillas están húmedas por las lágrimas, las manos le tiemblan y los nudillos están blancos por estar apretando tanto los puños, puedo ver algo en sus ojos, un brillo que no me gusta para nada, odio y dolor es lo que veo, decepción, tristeza.

- Rose... - Doy un paso y ella retrocede. - ...te prometo que te puedo explicar.

- ¿Qué me vas a decir? ¿Qué otro de mis amigos te enseñó la canción? ¡No te creo nada! - Gritó y se veía de verdad enojada. - ¡Nadie conoce esa canción, solo Luke y yo!

- Te lo iba a decir, te lo juro, pero no encontraba la oportunidad. - Insistí acercándome y la agarré de las manos antes de que saliera corriendo.

- ¡¿Oportunidad?! ¡Llevamos varios meses en el mismo colegio! Oportunidades te sobraron. - Me empujó. - Ahora entiendo porque sabias tantas cosas de mí, porque me caías mal y después bien, porque te acercaste a mí a pesar de lo perra que era.

- Lo hice porque te sigo queriendo. - Respondí.

- ¡Nunca llamaste, nunca escribiste, ni respondiste las cartas! ¡NADA! - Gritó golpeándome el pecho.

- ¡No podía! - Grité tratando de que me escuchara. - Cuando llegué aquí no sabía que ustedes estaban aquí, fue pura casualidad.

Un ardor en mi mejilla me cayó, Rose me había dado una bofetada y luego sentí otra del otro lado, no hice nada, solo la miré porque era lo menos que merecía.

- Te odio, Lucas Suárez o como sea que te llames. - Murmuró acercando su rostro al mío. - A partir de hoy no existes para mí, te puedes ir a la verga  y más te vale que no te cruces en mi camino porque te agarro a chingazos. - Me empujó una vez más haciendo que cayera al césped, me puse de pie lo más rápido que pude y empecé a correr detrás de ella.

Ya se que me tenía que alejar, que tenia que dejar que se calmara y que era muy capaz de hacer que me expulsen del colegio o algo mucho peor solo para no verme. La seguí hasta el aula donde todos ya se acomodaban para tomar sus exámenes. La agarré de la mano haciendo que se gire y me mirara con tanto odio y resentimiento que quisiera ser una avestruz para esconder mi cabeza bajo la tierra.