Encuentro accidentado

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Santuario, Grecia

Al llegar al templo de Sagitario se puede ver cómo se han reunido varios caballeros, entre ellos esta Shoko, en el centro se encuentran tres mujeres, dos de ellas llevan una máscara, una dejando ver solo su cabello color castaño, llamada Marin y a la par de otra de color verde, de nombre Shaina, a diferencia de una jovencita de cabello castaño rizado corto que destacaba del resto al no llevar armadura ni mascara, acompañando a una persona en silla de ruedas, un joven de cabello castaño corto, algo rebelde.

-Gracias Sailors Scouts. Me llamo Seika, les agradezco que puedan ayudar a mi hermano.

las chicas podían sentir un vacío dentro del joven, un vacío que succionaba todo a su alrededor. Al llegar Atena todos los caballeros se arrodillaron frente a Saori mientras presentaba a las Sailors.

-Chicas, él es nuestro muy apreciado amigo, Seiya el caballero de Pegaso.

Serena se acerca hacia Seiya confiando en lo que le dijo Ami, solo debe de sostener el Cristal de Plata enfrente de Seiya y el mismo cristal actuara junto a sus pensamientos. Todos los caballeros estaban a la expectativa deseando lo que han estado esperando hace mucho.

-Seiya, regresa con tus amigos-. un último pensamiento de Serena antes de cerrar sus ojos.

Al abrir sus ojos observa una profunda y espesa oscuridad que la empuja como si fuera una corriente, Serena trata de gritar, pero un silencio es lo único que produce. Intenta desesperadamente salir de ese estado como si se estuviera ahogando mientras se deja llevar por la corriente, pero aún en ese estado, apenas puede escuchar unas voces que repiten su nombre.

- ¡Serena, Serena! - Mina sostiene a Serena que se ha desmayado, mientras Ami continúa llamándola para que reaccione, Rei y Lita intentan separar el cristal de plata de sus manos que continúa parpadeando mostrando su gran brillo tornándose en una oscura joya.

El resto de caballeros comienzan a caer desmayados, como si fuera absorbido todo su cosmos, aún así una persona logra apoyarse en su báculo, sabe que debe de parar lo que ha empezado. Al irse acercando al grupo de chicas que intentan separar el Cristal de Plata de Serena puede ver que poco a poco empiezan a perder su energía, con lo último de esfuerzo logra acercarse a ellas y siendo iluminadas por un brillo dorado de su báculo, logran separar la brillante joya de su amiga con coletas, Lita y Rei salen volando debido a la brusca interrupción.

- ¡Chicas! ¡¿están bien Sailors?!- desesperadamente Saori intenta que el grupo de amigas reaccionen mientras Kiki junto con Shaina revisan si no les paso algo grave a Rei y Lita. El resto de caballeros intentan estar de pie, pero sus cansados cuerpos apenas pueden moverse, a pesar de eso, una jovencita comienza a arrastrarse hasta llegar al joven en silla de ruedas.

-Seiya, por favor...- Con un murmullo Seika cede ante el cansancio y pesadez de su cuerpo.

Deteniéndose repentinamente al sentir un extraño flujo de cosmos, Ikki observa hacia los templos, reconoce que en un solo lugar estarían manipulando cosmos. Se apresura sin importarle que lo estén siguiendo otras tres personas.

- ¡Oye, espera! - un reclamo es lo que frena a Ikki mientras se gira para ver al responsable, Haruka se encuentra ayudando a Michiru a subir, y siguiéndolas, se encuentra Hotaru. Desde que acabo el conflicto en el barco Sailor Neptuno siente como si hubiera estado en un rally, el cansancio solo se intensifico al estar subiendo los doce templos o, como ellas suelen recordarle a Ikki, un montón de ruinas.

Ellas siguen sin confiar en la historia que les explicaron junto a Sorrento, porque saben que no ha sido toda la verdad, y menos con lo que han estado viendo, pero la determinación de seguir subiendo es lo único que perciben como sincero en él en este momento.

Sailors y Saints: las diosas de la guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora