16. Romeo y Julieta, pero más modernizao'

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La cara de Amanda al ver mi coche no tiene precio, los ojos se le quieren salir y eso sólo provoca que tenga que reprimir una sonrisa. La verdad es que se ve muy adorable cuando algo la asombra, si tuviera que describir a la rubia, diría que es como una niña pequeña que todo le llama la atención y lo quiere tocar. Aunque es muy tímida, todo lo contrario al hermano que es un galán por naturaleza.

Porque vamos a ser sinceros, Matteo puede tener a la chica que quiera con simplemente chasquear los dedos al estilo Thanos, en eso se parece bastante a Kyle. Estoy segura de que me matarían si les dijera eso. Alejo esos pensamientos sin sentido de mi cabeza y volteo a ver a Amanda.

Muevo las llaves en el aire y le hago un gesto con la cabeza para que se suba al auto. Ella hace lo que le pido sin quitar esa expresión tonta que se ha formado en su rostro y cuando por fin reacciona, se gira hacia mí y me señala con el dedo.

—¿Esto es tuyo?— pregunta y yo sonrío.

—Mis padres me lo regalaron por mi cumpleaños. ¿Te gusta?

—¿¡Bromeas!? ¡Me encanta!

—Me alegra escuchar eso, porque vamos a pasar todo el día en mi baby.

¿Tu baby?— me pregunta divertida pero yo sólo asiento.

Enciendo el coche y nos dirigimos a la ciudad. Pasamos la mañana completa recorriendo los lugares que siempre visito con Clara cuando necesitamos desesperadamente una escapada de la realidad y alguno que Amanda buscaba en Google y quería ir a ver.

Visitamos tiendas, museos, restaurantes, el acuario, la playa, y finalmente, después de tantas vueltas, la traje a una cafetería del centro comercial para descansar un rato. ¡No se cansa! ¿¡Dónde oculta la batería recargable!?. Compramos dos batidos y buscamos un sitio para sentarnos.

—¿Te ha gustado la ciudad hasta ahora?— le pregunto mientras nos sentamos en una de las mesas vacías.

—Es hermosa— sonríe y esos hoyuelos como los de su hermano aparecen—. Me encanta.

—¿Entonces puedo asumir que soy buena guía turística?

—Eres la mejor.

Ambas nos reímos y cojo la pajita de mi bebida para darle vueltas, sé que no es el momento pero necesito preguntarle de una vez lo que lleva dando vueltas en mi cabeza desde el primer día.

—¿Por qué Kyle y Matteo se llevan tan mal?

La observo tensar la mandíbula ante mi pregunta, provocando que mi curiosidad aumente. Es más que evidente que ella sabe algo y se lo voy a sacar. Deja su bebida de lado y me observa inquieta.

—Escucha, Ro. Eso es algo entre ellos dos, no deberías meterte y...

—¿Qué tienes que ver tú en todo esto?— la interrumpo.

—¿Y-Yo?— desvía la mirada—. Yo no tengo nada que ver.

Su voz suena nerviosa y sé que me está ocultando algo. Ella sabe algo, lo sé, su manera de desviar la mirada, el tartamudeo evidente, su falta de coherencia cuando habla, todo indica que ella sabe la verdad, y no me gusta que me mientan.

—Sé que tú sabes algo, pero no me lo quieres decir— la acuso y ella suspira.

—Ro, yo no soy nadie para decirte la verdad.

—¿Qué verdad? ¿De qué hablas?

—Ay madre. Sólo...— hace una pausa y desvía nuevamente la mirada—... deja que Kyle te explique, ¿sí?

Un beso bajo la lluvia [✔] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora