𝟬𝟲

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—¿Qué es esto?. —Preguntó bastante intrigado y confuso.

—Un hechizo, es magia blanca. Con esto se eliminan los malos espíritus. Y en este caso, con el peso de los crucifijos, arderá hasta que no quede nada de él.

Jisung le observó, él estaba hablando en serio.

Miró al vampiro dividido, y se encontró con que este le observaba lleno de odio, se sorprendió de ver que la cabeza aun desprendida del cuerpo seguía funcionando perfectamente.

—Muchacho, toda la comunidad te perseguirá por esto, y tu pecado aquí presente, te hundirá en la desgracia. — Y escupió en dirección a Jisung, quien retrocedió y miró enojado. Estaba harto de ese tipo.

—¿Qué tengo que hacer?. —Preguntó decidido.

—Recitarlas.

Jisung comenzó a leer las palabras, mientras sentía que su cuerpo flotaba a medida que lo hacía. Abrió los ojos, viendo como el vampiro comenzaba a gritar, mientras su cuerpo ardía, y convertía en cenizas.



[🐿.🐰]

Changbin tropezó por segunda vez con las enormes raíces que se alzaban por el lugar, no se recordaba tan torpe, se preguntó si es que estaba envejeciendo.

—Noona dime por favor que estamos cerca, estoy muy cansado.

SooYoung le miro y suspiró, llevaban todo el día caminando sin pista alguna y encima ya estaba anocheciendo, y según el oscuro y nublado cielo, se acercaba una tormenta.

—Está bien, entra en la caravana. SungJae y yo haremos guardia.

Changbin obedeció y entró, no era muy grande, pero era lo suficientemente espaciosa para acomodar una gran lona, y algunas cestas de paja para guardar los alimentos. Era bastante acogedor.

Se acostó sobre la lona, y tanteó las mullidas almohadas hechas de plumas, le parecían más cómodas que las suyas.

Pronto se durmió.

Sintió como le movían del brazo, mientras le llamaban. ¿Por qué tanta insistencia?.

—¡Changbin! ¡Despierta! ¡Nos están atacando!.

Abrió los ojos de golpe, viendo que aún seguía acostado entre las almohadas de SooYoung, se incorporó desorientado, mientras veía como Jungsu le hacía señas de que se apurara y saliera de la caravana.

—¡Son vampiros!.— Gritó Jungsu. Mientras corría convirtiéndose en un gran lobo marrón, en dirección a un chico de cabello naranja.

Este le tomo del cuello y de un solo golpe lo azotó contra el suelo. Jungsu comenzó a soltar lloriqueos, mientras se retorcía.

SooYoung enterró sus garras a mitad de transformación en el lado derecho de uno de los vampiros y lo empujó con toda su fuerza contra un árbol.

Changbin pudo sentir cada golpe como si estuviera recibiéndolos. Y mayormente era su culpa, tenía esa rara sensación de absorber el dolor de la gente si observaba demasiado a alguien. Razón por la cual no pudo hacer nada para salvar a sus padres.

Porque se quedaba ahí, estático, sintiendo todo en carne propia.

—¡Changbin! ¡Pelea!.— Gritó SooYoung con mucha fuerza, casi desgarrando sus pulmones, había conjurado un escudo de energía cubriéndolos por completo, y mientras observaba las heridas y chillidos de su moribundo hijo, dio vistazo a su alrededor viendo como SungJae mordía el cuello de uno de los monstruos y al voltear hacia Changbin, se dio cuenta que este no reaccionaba aún, por lo que no le dejó alternativa más que incitarle a luchar. Aunque estuvieran rompiendo el código moral de su raza.

Por lo general, los gitanos eran pacíficos o así le había educado su padre, pero el momento en que vio a su hermoso Jungsu en sus últimos momentos, sacó su parte violenta. Quería ver arder a esos malnacidos vampiros.

Conjuró un hechizo para manejar las ramas de los árboles y moviéndolas ágilmente atrapó en ellas al vampiro que anteriormente atacaba a su alfa.

Changbin reaccionó al sentir al rubio acercarse lentamente a él, como presa y cazador, pero en su mirada no había hambre, no había odio, era otra cosa. Era lujuria.

Esos ojos rojos, relucían gritándole sexo. Los vampiros eran conocidos por ser lujuriosos, por mantener prácticas de tríos y orgías, como también de BDSM.

—Será un placer morderte mientras follamos. —Dijo el chico. Changbin sintió un escalofrió recorrerle, mientras asentía.

¿Por qué asentía?

—¿Lo deseas verdad?.— Asintió de nuevo mientras sentía un ardor en su garganta. Su cuerpo temblaba y sudaba.

Sintió el tacto de éste, le estaba acariciando la cara, quemando su piel con las yemas de sus dedos.

Changbin sonrió. Le encantaba esa sensación.

—¡Changbin, es una distracción!.— Gritó SooYoung mientras luchaba contra los dos vampiros restantes. Pues SungJae se encontraba en el suelo inmóvil.

Jungsu soltó un lloriqueo que marcó el fin de su existencia. Changbin observó al vampiro frente suyo, este abrió los ojos.

—Volveré por ti precioso.— Susurró para marcharse a toda velocidad perdiéndose en el bosque.

Mientras abandonaba a sus camaradas a su suerte, quiénes, al segundo de su partida, ya se encontraban con sus cabezas desprendidas de su cuerpo y con SooYoung recitando palabras en un idioma que él no conocía.

Vio como los vampiros se convertían en cenizas, mientras gritaban horrorizados. El aire se llenó de sus restos y los gritos se desvanecieron.

En el bosque solo se escuchaba los lamentos de SooYoung y los gritos de impotencia de SungJae, mientras tomaba piedras al azar y las aventaba contra la nada.

Changbin recordó aquel fatídico día en que vio morir a sus padres. Cuando tuvo que huir y alejarse por completo de su antigua vida, hasta de su único amigo. Su primo.

De nuevo la vida golpeaba a personas inocentes, todo por unas criaturas sin control.

Ellos ya habían enfrentado la perdida de sus allegados, de sus compañeros en la anterior batalla. Ahora perdían a su hijo.

Y él seguía ahí, observando el camino por el que se fue, deseando ir por él. Sin saber si por venganza, o por cumplir la promesa que le hizo. Tal vez fuera ambas. Pero en definitiva quería verle de nuevo.

Soy un masoquista

SooYoung cubrió el cuerpo de Jungsu con una manta y se acercó a él, aun con lágrimas en los ojos.

—¿Estas bien?.— Preguntó en un susurro. Changbin asintió, vio como SungJae se levantó y limpió las lágrimas que salían de sus ojos, rodeó la cintura de SooYoung y enterró su nariz en su cuello.

—Lo siento noona.— Dijo suavemente. —Yo...no podía moverme y...

SooYoung negó con la cabeza y le abrazó.

—No es tu culpa.

Changbin resopló, se sentía como ahogado en el momento en que recordó a su primo, ese idiota algún día tendría que recordarle y le recriminaría que todo era su culpa. Si es que le volvía a ver.

Mocoso de mierda. ¿Dónde estás?

ᴍᴏᴏɴ'ꜱ ᴄʜɪʟᴅ ➷ ᵐⁱⁿˢᵘⁿᵍWhere stories live. Discover now